Triunfal Actuación de El Zapata en la Bella Airosa

Hidalgo Sport. Criterio. Olga León.- El corte de tres orejas, una peligrosa y aparatosa caída de la que salió librado con mucha suerte, vuelta al ruedo con el pequeño Isaac (niño invidente a quien regaló una oreja disecada) y salida a hombros de la monumental plaza de toros Vicente Segura, proclamaron al matador Uriel Moreno, El Zapata, como el gran triunfador de la tarde, cerrando con broche de oro el programa taurino de la Feria San Francisco Pachuca 2012.
Magistral, con una combinación de destreza, arriesgue y complicidad con el astado, con esa magia y dominio de los tres tercios, transmitiendo y compartiendo emoción en cada rincón del majestuoso escenario, que registró una excelente entrada, El Zapata se entregó y el público le correspondió con nutridas ovaciones.
Haciendo efectivo el lema taurino de, El Arte Presupone Verdad, el maestro del capote y la muleta fue la gran figura, aderezando su exitosa aparición con su aplaudida y genuina ejecución con las banderillas.
En su primero de la tarde, Zapata estuvo tocado por Dios, libró escalofriante embestida del toro Inolvidable, que lo lanzó por los aires con dos peligrosas cornadas y aparatosa caída, de la que se sobrepuso, terminó su faena y cortó una oreja.
Para el segundo, con muestra de dolor, por evidente lesión en la pierna izquierda, El Zapata volvió a lucir enorme, su esfuerzo y valentía no sólo le fueron reconocidos por el respetable, sino por los jueces que concedieron dos orejas, aunque una protestada.
El torero Alejandro Talavante, fuerte, apuesto y acertado en sus dos faenas, desafortunadamente errático en el momento de la estocada y solo en su segundo tras haber pinchado antes; pudo llevarse un apéndice bien merecida.
Arturo Saldivar también lució soberbio en su faena con ambos astados, desafortunadamente con los dos falló a la hora del estoque y ello lo privó de alguna oreja.
Espectacular y muy ovacionada la ejecución del rejoneador español Leonardo Hernández, mostrando arte y talento, desafortunadamente en el rejón de muerte y sólo se llevó el reconocimiento del público.