El Último Vuelo del “Cóndor” Miguel Calero

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normalHidalgo Sport. Arturo Armas Tercera y última parte.- Era un miércoles cualquiera en el Apertura 2007 y Pachuca atendía un compromiso ante Tigres, que se jugaba entre semana debido a que fue aplazado. Para sorpresa de propios y extraños, Miguel Calero no aparecía con el equipo, ni siquiera en la banca. Horas antes, el cancerbero colombiano fue trasladado de emergencia a un hospital de la Sultana del Norte debido a inflamación en el hombro izquierdo, molestias y mareo. ¿El diagnóstico? Una trombosis venosa (coágulo sanguíneo al interior de una vena) en el hombro izquierdo, producto de los clavos colocados en la zona por una vieja operación. Le tomaría poco menos de 6 meses recuperarse de la operación a la que fue sometido. ‘Showman’ mostraba las huellas de la batalla y lentamente irían mermando su desempeño. Debido a los efectos de la enfermedad, meses después Caleró prometió retirarse tras el Mundial de Clubes 2008, promesa que no cumpliría.
La excentricidad del líder
Tras algunas modificaciones en el reglamento, se le prohibió a Calero utilizar sus características gorras y paliacates durante los encuentros. Pero vaya que Calero sabría encontrar una nueva forma de dar show a los suyos. Durante la temporada 2008-2009, Miguel comenzó a innovar el diseño de los uniformes de arquero. Bajo su marca propia confeccionó varios uniformes que utilizó durante buena parte de los torneos, incluso anteponiéndose a los enviados por el patrocinador oficial de la indumentaria Tuza, que en ese entonces era la marca alemana PUMA.
De alebrije, de abejorro, patriota, la indumentaria de Calero causó furor en el medio futbolístico, llegando a ser comparado con Jorge Campos, quien también hacía sus uniformes. A pesar de ser considerados feos por la mayoría de la afición, no cabe duda que tuvieron un alto impacto en el ambiente nacional, llegando a diseñarse a modo de complementos para ser instalados en el videojuego FIFA 09.
El último título y el retiro
Tras no cumplir su promesa del retiro, Calero llegó con los Tuzos a la final del Clausura 2009, donde se medirían ante los Pumas. Tristemente los reflejos de Calero ya no eran los mismos y tras un pequeño error suyo, cayó un gol de Pablo Barrera en tiempo extra, que daba el título a los universitarios. Pero el fútbol aún le guardaba otra gloria al laureado arquero.
Al llegar a esa final, el equipo aseguró su participación en la renovada CONCACAF Champions League de la temporada 2009-2010. Pachuca había avanzado hasta las semifinales y en la ida derrotó al Toluca en la Bombonera por 1-2. Durante la vuelta, Edy Brambila marcó para ampliar la ventaja tuza y fue entonces que los Diablos reaccionaron. Un mar de llegadas rojas invadía el área hidalguense, pero todas se encontraban a un insuperable Calero que metía a Pachuca de nuevo a una final, donde se toparía con el Cruz Azul.
En el partido de ida los Cementeros se adelantaban 2-1. Para la vuelta Pachuca necesitaba ganar en casa, aunque sea por 1 gol debido al criterio de desempate. La agonía se prolongó en demasía, cuando al minuto 91’ un milagro volvió a suceder en el Hidalgo. Édgar Benítez se encontraba un balón en los límites del área y disparaba de media vuelta batiendo a Jesús Corona. El estadio exploto, Calero lo gritó como nadie, Pachuca era campeón. Esa sería la última postal de Calero alzando un título y la última de Pachuca ganando un trofeo hasta el día de hoy.
Un año después, tras mermas en la salud y su nivel a la baja, producto natural de su añeja edad, Miguel anunciaba su retiro donde incluía la frase “si volviera a nacer me llamaría Miguel Calero, sería portero y vestiría, a huevo, los colores del Pachuca”. El legendario hombre que llegó a Pachuca como un desconocido, se retiraba en un mar de aplausos, dejando una leyenda que nadie superará en mucho tiempo.
Su despedida se produjo en un partido contra Pumas en el Estadio Hidalgo, correspondiente a la jornada 14 del Apertura 2011. El resultado fue 0-0, pero eso era lo de menos para la gente que fue a despedir a su máximo estandarte como se merece. Cánticos y pancartas de agradecimiento inundaban el lugar, al tiempo que Jesús Martínez develaba un palco en su honor y anunciaba que el retiro de la playera “1” del Pachuca, en señal de respeto y agradecimiento al ‘Cóndor’, quien de ahora en delante de dedicaría a prepararse para en un futuro dirigir a la institución de sus amores, con la cual creció y caminaron juntos hacia la grandeza.
El vuelo del ‘Cóndor’
En 2012, Miguel Calero ya se encontraba como entrenador de arqueros del Club Pachuca. Era un domingo 25 de noviembre, se encontraba en su casa de Pachuca a punto de comer un asado, cuando comenzó a manifestar mareos y dificultad para moverse, al punto de ser trasladado de emergencia a un hospital de la ciudad donde recibió los primeros cuidados, para horas más tarde ser trasladado vía aérea a un hospital en la Ciudad de México donde sería internadp. Durante la noche hicieron acto de presencia varias personalidades del mundo futbolístico para apoyar al que había sido un gran amigo, compañero y maestro, así como reporteros que intentaban informar a los miles de aficionados en estado de salud del ídolo. La cara de preocupación en la familia Calero era evidente. En la noche se difundió el diagnóstico, una embolia cerebral, el cual sería confirmado por su amigo Gabriel Caballero, quien dijo a la prensa:“Es una embolia, rueguen por él, para que se reponga y que no pase de un susto”.
Tras varios días de estar internado y mostrar ligeras mejorías, el lunes 3 de diciembre, Miguel sufrió una recaída que le provocaría una muerte cerebral según comunicaba Grupo Pachuca. Los aficionados Tuzos y todo el fútbol mexicano mantenían las oraciones por él, los apoyos en redes sociales hacia la familia, amigos y el club no cesaban; los colores quedaban de lado.
Al día siguiente sucedía lo que nadie quería saber. Marvin Cabrera, amigo y compañero de Miguel salía envuelto en lágrimas del hospital anunciando la terrible noticia que más tarde confirmaba en club:
“Por medio del presente, el Club de Futbol Pachuca informa que tras haber sufrido dos episodios de trombosis cerebral que derivaron este lunes en una muerte cerebral, la tarde de este martes 4 de diciembre de 2012, nuestro Director Técnico de Porteros, Miguel Ángel Calero Rodríguez ha Fallecido
Su cuerpo fue trasladado al Auditorio Gota de Plata en Pachuca para ser velado por sus seres queridos y cientos y cientos de aficionados Tuzos que se hicieron presentes para despedirse de su ídolo. Oraciones y cánticos, mantas y agradecimiento no cesaron durante toda la noche. La gente daba honor a quien honor merece.
Al día siguiente se le realizó una misa de cuerpo presente en su casa, el Estadio Hidalgo junto a todos los trofeos que ganó, ante más de 10,000 aficionados, quienes al grito de “No se va, no se va, Calero no se va” rendían honores a la leyenda, al tiempo que daba su última vuelta olímpica para después partir por las calles de Pachuca hacia el lugar donde sería incinerado de manera privada. Miguel Ángel Calero Rodríguez dejaba la Tierra para reforzar el equipo de la Eternidad.
Un año se ha ido
Un año ha pasado desde aquel fatídico día donde Miguel Calero nos dijo “Hasta pronto”. Su cuerpo ya no está, pero su esencia seguirá grabada en las raíces de quienes tuvimos el privilegio de verlo volar como Cóndor, de disfrutar su Show y emocionarnos con sus hazañas, que sin duda servirán de inspiración para las futuras generaciones futbolísticas.
Hoy solo queda recordarlo con cariño y darle gracias por todo lo que brindó al deporte que amamos.
Gracias por enseñarnos que la grandeza se construye paso a paso. Que no hay mal que dure cien años. Que la esperanza es lo último que muere. Que los fantasmas desaparecen si se les enfrenta. Que la humildad y la dedicación son los cimientos del éxito.
Gracias por los vuelos, las atajadas, los goles, las risas, los campeonatos, las emociones.
Y sobre todo gracias por ser siempre colombiano. Siempre de corazón mexicano. Siempre, siempre Tuzo.

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