Hidalgo Sport. Marca.- Ni siquiera los Celtics y los Lakers, protagonistas del más fuerte antagonismo en la historia de la NBA, jugaron cuatro finales consecutivas. A partir de la madrugada de este jueves al viernes, Warriors y Cavaliers comenzarán la cuarta temporada de una serie histórica que cuenta la lucha por los anillos. Es una rivalidad ya legendaria, deseada y esperada. Antes del inicio de la temporada, todos los general managers de las franquicias pronosticaron esta final. Nadie se salió del carril apostando por alguno de los otros 28 equipos. Estuvieron cerca de fallar pues los finalistas llegaron a este punto ganando sendos séptimos partidos a domicilio.
Es la lucha de un hombre frente a un imperio. Los LeBron Cavaliers contra la hidra de cuatro cabezas que son los actuales campeones Warriors. El alero de Cleveland es una versión baloncestística de Gary Cooper. Sólo ante el peligro que suponen los all star Stephen Curry, Klay Thompson, Kevin Durant y Draymond Green.
Golden State tuvo el mejor ataque en la temporada regular, además de liderar todos los porcentajes de tiro. Cleveland fue la quinta peor defensa. Llegó a encajar 148 puntos en un partido ante los Thunder. Por cosas así, ningún equipo fue tan poco favorito como los Cavs en una final de la NBA desde los Sixers de Iverson ante los Lakers en 2001.
A LeBron le falta compañía, pero ha demostrado que muchas veces se basta solo. En los playoffs lidera a su equipo en puntos, asistencias, robos y tapones y no anda lejos del promedio reboteador de Kevin Love, duda para el inicio de la final.
James ha mostrado su lado alienígena para llegar a sus novenas finales, las octavas consecutivas. Acumula ya 100 partidos esta temporada y 3.769 minutos de vuelo. El siguiente en ese ránking, Jrue Holiday (Pelicans) está casi a 500 minutos de distancia. También tiene su mejor promedio anotador en playoffs, con 34 puntos. Y todo eso, a los 33 años y en su decimoquinta temporada en la NBA.
Llevar a estos Cavs al título daría a LeBron su cuarto anillo justo antes de que en verano abandone el equipo y convierta en favorita al título a otra franquicia. Sería su obra magna y más carne para alimentar el debate sobre si está a la altura de Michael Jordan. Air nunca estuvo tan solo ni se midió a semejante arsenal.
No sería la primera campanada de James en una final. Hace dos años, remontó un 1-3 a los Warriors y se llevó el MVP. Para que Cleveland tenga opciones, deberá estar a ese nivel. Iguodala, baja en el estreno, tendrá trabajo en su defensa cuando vuelva. Parece utópico que los Cavs ganen algún partido con una actuación buena de su estrella. Tendrá que rozar la excelencia para superar a la maquinaria de los Warriors. Y lo más asombroso es que es capaz.