Nailea Vidrio y Juan Calero, los herederos Tuzos

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Hidalgo Sport. Marca.- Hay pasiones que son heredadas de padres a hijos. Legados que con orgullo buscan emularse e incluso superarse de ser posible, y el fútbol no es ajeno a transmitir el amor por los colores que los llevaron a la gloria.
Los Tuzos del Pachuca cuentan con dos jóvenes futbolistas que llevan historia en el apellido.
Como herencia en la cancha, Nailea Vidrio y Juan Calero, son dos promesas que comparten una misma pasión con su padre: el fútbol. Nailea, actual jugadora del equipo femenil, es hija del exfutbolista Manuel Vidrio, un defensor que aunque no se formó en las filas de los Tuzos, sí logró alcanzar la gloria en dicha institución con tres campeonatos (1999, 2001 y 2003), siendo así el ‘Mariscal’, un referente en la Bella Airosa.Hoy, la dorsal 18, con apenas 14 años de edad, dejó la ciudad de Guadalajara para cumplir su sueño.
Tuvo que esperar 250 minutos para ver en la pizarra del silbante su número e ingresar a la cancha del Hidalgo, un escenario que sin duda le llevó ilusión al rostro y que desde las tribunas, dio orgullo a su padre, quien pese a tener tres hijas, fue la más pequeña quien siguió sus pasos.
Dalia Nailea juega como mediocampista, suma apenas 20 minutos en la Liga MX Femenil, pero su deseo es poder emular el legado que el apellido Vidrio tiene en la institución hidalguense.
“Me levanté y me dije hoy yo debuto, estaba súper nerviosa, nunca me imaginé debutar en Pachuca, el equipo donde jugó mi papá, en la primera generación (femenil) es algo grandioso”, expresó tras su debut ante las Xolas en la Fecha 3.
Del otro lado, en la liga varonil, con 18 años de edad, Juan José Calero lleva el fútbol en las venas.
Hijo del fallecido e icónico cancerbero, Miguel Calero, el juvenil, en una posición diferente a la de su padre se abre camino para honrar su apellido.
Juan debutó en el Apertura 2015, apenas un partido tuvo aquel torneo de liga, pero desde entonces, el atacante se abre paso para no desistir en el sueño que comparten en familia y que desde el cielo, es mirado por su padre, quien conquistó cuatro títulos de liga con los Tuzos (I2001, A2003, C2206 y C2007), así como cuatro Liga de Campeones de la Concacaf; además de ostentar el récord del futbolista colombiano con más partidos disputados en la historia (945).
El dorsal 27, con 1.84 de altura, estatura similar a la de su padre, ha pasado por la Sub-17 y Sub-20 de Pachuca, pero fue en el Apertura 2016, cuando se estrenó como goleador en el primer equipo.
Juan le anotó un doblete a los Pumas de la UNAM en la Fecha 5, el último rival al que se enfrentó el ‘Cóndor’.
Aunque este torneo no ha tenido minutos, no desiste, y espera que Diego Alonso le brinde la oportunidad en el campo para consolidar un sueño y recordar con gloria el apellido Calero.

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