PLATEA 2000…El deporte universitario, en ceros

Hidalgo Sport. Francisco Lozada.- El regreso sin una medalla de los deportistas hidalguenses que participaron en la Universiada 2016, recién celebrada en Guadalajara, es un síntoma de la falta de trabajo, de planeación y visión de directivos y entrenadores.
En esta justa tomaron parte aproximadamente 150 deportistas, 100 de ellos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, así como del Tec de Monterrey, campus Hidalgo, con dos equipos de basquetbol, que parecían una garantía para subir al podio.
Sin embargo, pasaron los días y no se tuvo el reporte de una medalla, en la peor actuación de varios años, que prende lo focos rojos para elaborar una estrategia, donde se prepare con toda anticipación a los máximos exponentes.
La falta de visión de los directivos de la máxima casa de estudios, está desde el momento en que no requieren a los alumnos de nuevo ingreso a las preparatorias una ficha deportiva, ya que varios de ellos son deportistas de alto rendimiento, incluso algunos de ellos, medallistas de Olimpiada Nacional.
A partir de ese momento no hay una detección o un control de talentos, a quienes pudiera seguirles un proceso y en su caso, prepararlos y convertirlos en entrenadores en los deportes que dominan, a cambio de becas.
Un caso muy palpable, es el del ciclista, Mizraín Mora, quien acaba de ingresar a la UAEH y se ha mostrado en representar a esta institución educativa en eventos oficiales y de integrar un equipo universitario, que sólo ha quedado en un deseo.
Resulta repetitivo, pero es necesario recalcar que en Estados Unidos y en otros países europeos, la base de la promoción deportiva surge de las escuelas desde el preescolar, pero lamentablemente, en México y en nuestro estado se carece de esa cultura y visión.
En otros casos, hay universidades particulares que becan a deportistas de alto rendimiento, como es el Tec. de Monterrey, pero como requisito, se les requieren calificaciones y muchos no tienen la capacidad para combinar ambas actividades.
En fin, un año de fracasos, que debe hacer voltear a los directores de deportes y a las mismas rectorías pasa salir de este lamentablemente bache.