Jugadores Desempleados del Futbol Profesional

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Hidalgo Sport. Agencias.- Atrás quedó el sueño del debut con Pachuca en 2006. La meta cumplida de jugar la Copa Sudamericana y obtener ese título con los Tuzos. Humberto Hernández fue cedido a Indios y ahí comenzó su historia de sufrimiento.
El arquero ganaba 180 mil pesos en primera división y tras la desaparición del equipo fronterizo tuvo que aceptar un sueldo de 20 mil en la división de Ascenso con Dorados de Sinaloa. Ahora es uno de los mil 200 jugadores que busca un equipo en la feria del empleo de los futbolistas, que se desarrolla cada año por iniciativa de la Comisión del Jugador.
“Tenía un sueldo en Indios y con Dorados me dijeron que (me ofrecían) un sueldo de un tercer portero, es lo único que nos queda. ¿Lo aceptas o no? Como jugador ¿qué haces?, estás dispuesto hasta a pagar. Para no desaparecer del futbol, aceptas todo”, comparte Humberto, quien minutos antes tuvo entrenamiento y partidos frente a visores de varios conjuntos de primera división y de otras categorías en el futbol mexicano.
“El hecho de que estén desempleados no quiere decir que son malos. Son otras muchas otras circunstancias que los han orillado a no tener empleo en este momento”, apunta Daniel Bonilla, director de la Comisión del Jugador, que intenta que jugadores sin contrato puedan tener otra oportunidad en las canchas.
“Este proyecto nace porque vemos la necesidad de que muchos jugadores se quedan sin empleo. Decidimos hacer un programa de visorias, donde ellos pueden mostrarse con visores de diferentes categorías del futbol mexicano”, añade Bonilla.
Es un lugar donde se reúnen los sueños quebrados, de aguantar largas jornadas de viaje en autobús para llegar a la cancha donde se juntan todas las ilusiones, donde se duerme en el suelo por el objetivo de recibir otra oportunidad. Es un mundo lejos de los grandes sueldos, donde se juntan historias de desesperación.
“En primera división los sueldos son fuertes. En la liga de Ascenso uno que otro gana bien. En dos años nos pagan cinco meses, nos daban de a poquito. Era complicado vivir así”, afirma Gilberto Martínez, quien también jugó en Indios en primera división y posteriormente le tocó vivir el descenso y desaparición del equipo fronterizo.
“El traslado que hice fue de 13 horas, cuesta un poco por la altura. Salí desde ayer a las tres de la tarde y llegué a las 12:00”, indica Luis Marín, ex jugador de Santos y Necaxa en la Sub 17.
“Me toca el descenso (de Necaxa) y nos despiden a todos. Con contrato y todo nos vuelven a despedir y quedas dependiendo de la familia. Me daban mil 500 mensuales, eso no te alcanza para nada. Vivo de la ayuda y no tengo ningún fondo”, agrega Marín.
“Al principio estaba becado, pero después se fue quien me becó y tuve que pagar 15 mil pesos”, confiesa Marco Antonio López, jugador de tercera división con Novillos Neza.
“Me salió una buena oportunidad en Toluca. Mi contrato con Indios se acabó, pensé en que sería una buena opción. Pero Indios no me soltó a tiempo, se cerraron los registros y me quedé sin equipo. Se me abrieron otras puertas como la de la Selección Mexicana con Carlos Bracamontes, pero cuando Indios descendió a todos nos vino mal”, asegura David López, jugador de Indios sub17.
Sólo el 20 por ciento de estos jugadores son contratados. Humberto ya recibió llamadas de Altamira y Mérida, en la división de Ascenso, y espera no volver el próximo año para llenar otra papeleta de desempleo. El mismo sueño que los demás.

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