El “Chucky” le dio el triunfo al Tri frente a Rusia, 2-1

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Hidalgo Sport. ESPN.- El escenario era justo el que Juan Carlos Osorio y la Selección Mexicana querían: un estadio completamente en contra; un rival urgido por la victoria; un panorama poco alentador, al menos por el entorno. Dentro de sí, la confianza del equipo estaba intacta. No había nada ni nadie que los sacara de ese estado de ánimo. Ni siquiera la presión del rival, las lesiones o irse abajo en el marcador. Este Tri tiene siempre una respuesta y sabe salir de los problemas. En Kazán, ante Rusia, lo volvió a demostrar.
Osorio arribó a la Kazán Arena con una playera en la que se leía el mensaje de ‘cero excusas’. Fue el mensaje que envió a sus detractores desde inicio, y que su equipo también quiso dejar en claro.
No importó el escenario, estar a miles de kilómetros de casa o incluso ver caer a más lesionados como fue el caso de Diego Reyes. Tampoco valió el ímpetu de un cuadro ruso urgido, alentado, impulsado y ultra motivado por los suyos. La Selección Mexicana siempre mantuvo un estado de concentración que lo ayudó a no vencerse, a luchar contra todos esos demonios que anteriormente estaban internos, y sacar un triunfo valioso que equivale la siguiente ronda.
Este nuevo Tri sabe luchar contra corriente. No se desespera, no pierde el control de la situación, aunque el juego parezca perderse ante el empuje rival. Siempre, sin importar cómo, cuándo o de qué manera, tiene una eventual respuesta.
Contra Rusia volvió otro escenario poco favorable tanto en la previa, por el entorno, como dentro del mismo encuentro. Los locales empujaron y presionaron como pudieron y hasta donde lo lograron. El apoyo de su gente poco a poco los despertó al grado que coquetearon con el gol hasta dar con él, gracias a un remate de Aleksandr Samedov, tras una jugada en la que el Tri lució todo desacomodado para permitir un disparo imposible para Ochoa.
El panorama ya estaba todavía más complicado, con lo que el reto era más grande, un escenario ya dominado en esta Copa Confederaciones. La defensa del equipo mexicano es en donde más dudas han surgido, debido a marcas insuficientes, recorridos incompletos y un caos generado por las desubicaciones y la clara falta de comunicación.
Ante eso, también hubo respuesta. Un balón colgado de Héctor Herrera a Néstor Araujo que terminó con un cabezazo del defensor, puso todo en orden, al menos en el marcador, cuando México no parecía encontrar el rumbo. En automático bajaron las revoluciones de los rusos durante algunos minutos.
El descanso sirvió para tomar aire y volver a la carga. Los locales no bajaron los brazos y volvieron a arrinconar a un ‘Tri’ que no hallaba la manera de escaparse del acecho. En uno de esos despejes desesperados, Héctor Herrera mandó el balón al cielo y cuando bajó, el más listo de todos, Hirving Lozano, cabeceó a tiempo con todo y una patada fortuita de Igor Akinfeev para adelantar a los aztecas. Fue una jugada de entereza y confianza pura. El único en no dar el balón por perdido fue el nuevo jugador del PSV Eindhoven.
El escenario cambió de pronto. Fue un golpe del que ya no se repuso Rusia. Menos al quedarse con un jugador menos ante la expulsión de Yuri Zhirkov, su hombre de más experiencia. La afrenta ya estaba resuelta. De alguna manera, sin importar formas, el Tri dio la vuelta y se llevó la victoria con pase a la siguiente fase. Misión cumplida, a falta de rival.

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