El matrimonio formado por Kim Kardashian y Kanye West ha aprendido la lección después de que la estrella televisiva fuera atracada a punta de pistola en su apartamento de la capital francesa para robarle todas las joyas valoradas en más de diez millones de dólares con las que había acudido a la Semana de la Moda de París.
Para evitar que vuelve a repetirse una situación similar, la pareja ha decidido no guardar ningún tipo de alhaja en su nuevo hogar familiar, la mansión del exclusivo barrio de Hidden Hills que llevaban años renovando y a la que acaban de mudarse. En su lugar, tal y como informa el portal TMZ, la impresionante colección que posee la celebridad se almacenará en un depósito especial bajo constante supervisión.
Por otra parte, Kim y Kanye también han aumentado las medidas de seguridad en torno a su vivienda, contratando a un equipo de vigilancia que patrulla la propiedad y sus alrededores 24 horas al día, siete días a la semana.
En el robo del que fue víctima, Kim no solo perdió diamantes y piedras preciosas con un alto valor económico, sino también piezas con una gran importancia sentimental, entre las que se incluía un anillo de más de cuatro millones que su marido le había regalado para ‘sustituir’ el que le entregó en 2013 para proponerle matrimonio.