El papa Benedicto XVI decidió este lunes de manera sorpresiva presentar su renuncia al pontificado a partir del próximo 28 de febrero, una noticia que impacto al mundo.
El último Papa que renunció fue Gregorio XII, quien lo hizo en 1415 como parte de un acuerdo para poner fin al Gran Cisma de Occidente entre varios papas que se disputaron la autoridad pontificia. La renuncia más famosa fue la del papa Celestino V en 1294 y Dante lo colocó en el infierno por ese motivo.
El Vaticano destacó que ninguna condición médica específica motivó la decisión de Benedicto XVI, aunque en los últimos años el pontífice había reducido sus viajes y limitado sus audiencias. Actualmente se traslada hasta el altar de la Basílica de San Pedro en una plataforma móvil para evitarle la larga caminata por el pasillo y ocasionalmente usa un bastón.
El Papa siempre fue claro en cuanto a los mensajes para los deportistas y dijo en meses pasados que el deporte debe estar marcado por “la lealtad de la competición, el respeto al cuerpo, el sentido de la solidaridad, pero también la alegría, la satisfacción y la fiesta”.
El Sumo Pontífice dijo que “la presión por obtener resultados significativos no debe empujar nunca a los deportistas a tomar atajos como el dopaje”, esto en una ceremonia con atletas italianos que ganaron medallas en Londres 2012.
También en la Eurocopa pasada, el Papa emitió un mensaje, en el que dijo que tal “evento deportivo no sólo implica a los organizadores, atletas y aficionados sino también a toda la sociedad” y por ello “la Iglesia no puede quedar indiferente ante este tipo de eventos, en particular ante las necesidades espirituales de quienes participarán”.
Además, calificó a los deportes como “una escuela importante para educar al respeto del prójimo, aunque sea un adversario deportivo, al espíritu de sacrificio personal para beneficiar al grupo, a valorar las dotes de cada elemento que forma el equipo”.