Se Calienta el Cásico Entre Aguilas y Chivas

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Hidalgo Sport. Medio tiempo.- El odio deportivo, la rivalidad, las goleadas históricas y el choque de ideologías que a lo largo de la historia han permeado el andar de Chivas y América en el futbol mexicano no ha sido suficiente para evitar que las “traiciones” alrededor del Clásico Nacional aparezcan y los ídolos que algún día vistieron una camiseta hayan cambiado para jugar con el acérrimo rival.
Tras haber llegado a Chivas, convertirse en un ídolo con el cual los colores rojiblancos se identificaban y volver a poner al Rebaño Sagrado en lo más alto del futbol mexicano, Ramón Ramírez fue vendido al América en diciembre de 1998 luego del Subcampeonato que Chivas consiguió en el Invierno 98.
Aún se recuerda el poco ánimo y la incomodidad con la que el zurdo del Guadalajara se presentó en la conferencia de prensa con Salvador Martínez Garza, Presidente de la Promotora Guadalajara, para hacer oficial su traspaso al club de Coapa. Un hecho que hasta la fecha se recuerda como uno de los episodios más dolorosos en el redil tapatío.
Ramírez llegó a disputar con Chivas más de 10 mil minutos y marcó 20 goles en la Liga mexicano, luego su paso por las Águilas fue fugaz al jugar 18 encuentros en seis meses y luego emigrar a Tigres para volver a vestir la playera Rojiblanca en el Verano 2002.
Ricardo Peláez es otro de los ejemplos en los que la playera azulcrema y rojiblanca dejo de tener la rivalidad que la historia había creado. El actual Presidente Deportivo de las Águilas debutó con América en la temporada 86-87 para luego emigrar al Necaxa y volver a vestir la camiseta de Coapa en los torneos del Invierno 97 y Verano 98.
A partir de ese momento, el delantero llegó a Chivas en donde disputó tres torneos con una actuación digna para convertir 15 goles en 42 juegos disputados, aunque al final una lesión en la rodilla provocó su retiro con la camiseta rojiblanca.
Oswaldo Sánchez es uno de los casos atípicos. Surgido en la cantera del Atlas, con un paso por América, pero convertido en ídolo hasta su llegada a Chivas, el arquero conoce a fondo lo que es vestir las dos camisetas del Clásico Nacional.
Seis torneos con América (Invierno 96-Verano99) no fueron suficientes para despegar por lo que fue parte del “intercambio”, que en ese momento realizaban las Directivas de Chivas y América, por lo que su destino fue el cuadro tapatío.
Con los rojiblancos se convirtió en titular indiscutible y su nivel fue en constante ascenso hasta llegar a ser parte uno de los líderes, Capitán y voz de mando en el Rebaño Sagrado y con sus actuaciones se ganó el mote de “San Oswaldo”, legado que también dejó en la Selección Mexicana.
Fueron 15 torneos, 272 partidos y más de 20 mil minutos los que sumó con Chivas, además del último título que ostentan las vitrinas de cuadro rojiblanco en el Apertura 2006 donde fue arte fundamental y que representó su último torneo defendiendo el arco tapatío, pues luego emigró a Santos Laguna.
Joel el “Tiburón” Sánchez y Javier Aguirre también sufrieron la metamorfosis de piel de un torneo a otro. En el caso del zaguero surgido en Chivas y que fue Campeón en el Verano 98, se fue a Coapa y tras tres torneos volvió a Guadalajara para vivir su segunda y última etapa como futbolista Chiva.
En el caso de Javier Aguirre, la transformación tuvo un “puente” con el Atlante en la temporada 84-84, pues luego de ser Campeón con las Águilas al vencer a Chivas en la Final dos años antes. Fue en la 87-88 cuando arribó al Guadalajara para disputar seis temporadas antes de arreglar su retiro.
Otros elementos como Luis García, Gustavo Nápoles, Jesús Mendoza y Álvaro Ortíz, vivieron la misma situación, aunque sus casos no fueron tan sonados.

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