Hidalgo Sport. EFE.- Un planteamiento brillante de Unai Emery frenó en seco el camino del Real Madrid hacia el título, rebajó su pegada amparado en un acertado portero, Vicente Guaita, y desató la ansiedad del equipo de José Mourinho, acelerado al sentir la presión del Barcelona, que se sitúa a cuatro puntos.
Empiezan las finales. Aumenta la presión. Las piernas comienzan a pesar y cada triunfo tiene su peso en la lucha por los objetivos. Primero y tercero de la Liga se enfrentaban en el Santiago Bernabéu en uno de esos duelos señalados como decisivos en el camino madridista al título. Se notó un exceso de presión.
Y eso que el Valencia cambió su identidad buscando puntuar en el Bernabéu. Es la realidad de la Liga. La triste realidad de 30 puntos de diferencia entre ambos. Real Madrid y Barcelona están en otro mundo. El resto juega otra competición en la que el equipo valencianista es el primero. Después de tres jornadas sin ganar necesitaba puntuar y a Unai Emery no le tembló el pulso.
Se enfrentó al sector crítico del valencianismo con un equipo que sentaba a su goleador, Roberto Soldado, renunciaba a la llegada de Jonas y la fuerza en bandas de Pablo Hernández y Mathieu. Salía a tapar espacios de un rival que te destroza en oleadas. El Real Madrid recuperaba a Sami Khedira, pero perdía el ritmo que da al juego Esteban Granero. Su centro del campo no existió.
Los de Mourinho crean ocasiones por inercia, hasta en días donde la brillantez general se rebaja y solo se acerca a ella la privilegiada visión de Özil. Emery logró rebajar el vendaval de ideas ofensivas del Real Madrid pero corrió el riesgo de que una de las ocasiones de Cristiano tirase por tierra su planteamiento.
El duelo con Leo Messi engrandece la Liga y hace aún mejor a Cristiano. Tras el doblete del argentino y con la presión del Barcelona a tres puntos, Ronaldo salió con la portería en su mente. A los cuatro minutos disparaba cruzado. A los ocho soltó un latigazo al poste.
Cristiano perdonó lo que nunca. Lanzado, tras ganar la carrera a Víctor Ruiz, se tropezó. El partido ya no tenía pausa. Era un duelo a vida o muerte. Las contras del Valencia acababan con un disparo cruzado de Mathieu o una parada salvadora de Casillas a Jordi Alba.
El encuentro acabó en asedio. En él emergió la figura de Guaita, que tiene sentado a un portero del nivel de Diego Álves. Demostró las razones. Paradón a un disparo de di María lejano y a tres remates de Benzema. Esos partidos que antes el Real Madrid ganaba a la heroica, ahora se le atragantan y encienden una Liga más viva que nunca. El Barcelona está a cuatro puntos.
0 – Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Raúl Albiol, Marcelo; Khedira (Kaká, m.72), Xabi Alonso; Özil (Callejón, m.89), Cristiano Ronaldo, Benzema; e Higuaín (Di María, m.46).
0 – Valencia: Guaita; Ricardo Costa, Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba; Topal, Dani Parejo, Tino Costa, Feghouli (Pablo Hernández, m.62), Piatti (Mathieu, m.62); y Aduriz (Soldado, m.77).
Árbitro: Clos Gómez.