Hidalgo Sport. Lauro Campos.- Tulancingo de Bravo recordó ayer a El Santo, su hijo pródigo, en el 106 aniversario de su natalicio, con una guardia de honor, así como diversas actividades en su museo.
La primera actividad estuvo encabezada por Jorge Márquez, presidente municipal, acompañado por otros gladiadores destacados de la ciudad, como el internacional Crazy Boy.
El Santo fue un luchador profesional y actor mexicano, que paso a ser un ícono en la cultura y el deporte mexicano del siglo XX.
Su presencia en el ring se volvió incontenible cuando creció su personalidad y se convirtió en ídolo de multitudes, que lo hizo trascender en otras áreas, iniciando en los cómics en los que imperan absolutos los grandes héroes.
El Santo, en la idea original de José G. Cruz, después, la cinematografía, ávida de personajes legendarios, llevó a la pantalla las proezas del luchador, que va más allá de sus quehaceres deportivos para convertirse en defensor de todas las causas nobles de la tierra.
Sus rivales ya no solo eran luchadores, en sus películas peleó contra lobos, vampiros, zombies, extraterrestres y otros seres mitológicos, protagonizando 53 Películas.
Santo jamás perdió su máscara plateada en combate y se creó el mito de que nunca se la quitaba. Se retiró de los encordados en 1982. A principios de los años 80s, en el programa Contrapunto, de Jacobo Zabludovsky, donde el presentador logró despojar de su máscara a El Santo, aunque sólo mostró una pequeña parte de su rostro.
El 5 de febrero de 1984 murió de un infarto de miocardio, después de una actuación en el Teatro Blanquita.
Le sobreviven cinco hijos entre ellos quien continúa su legado conocido como El Hijo del Santo, además de El Solitario, Héctor Rodolfo, Blanca Lilia y Silvia Yolanda.
En su ciudad natal prevalece su legado, ya que, 2009, abrió sus puertas el Museo de El Santo, donde se exhiben más de 200 piezas, entre las que se encuentran objetos que representan fragmentos de su vida.