La competición doméstica inglesa se ha convertido por méritos propios para muchos en la mejor competición regular del planeta balompié. Su esencia radica en que por norma general son más de cinco equipos los que año tras año parten con opciones reales de alzarse con el trofeo, permitiendo ganar en expectación y espectacularidad cada jornada que se disputa.
Dos de esas escuadras que suelen estar en la pomada son Manchester City y Manchester United. Los dos equipos vecinos siempre se encuentran en las apuestas de la Premier League para luchar hasta el último momento por el entorchado. Bien es cierto que en esta última década están siendo los citizen los más acostumbrados a celebrar hitos de calado con su afición.
Los Diablos Rojos cuentan con una historia de éxitos bastante mayor que sus compañeros de urbe. También es verdad que las nuevas generaciones no recuerdan al United como uno de los clubs acostumbrados a levantar títulos, y sí a los del Etihad Stadium, puesto que desde hace diez años están viviendo la época más gloriosa desde su fundación.
La masa social que tiene en todo el planeta el Manchester United labrada con esfuerzo durante muchas décadas, aun no la tiene el City, puesto que para muchos este equipo se ha conformado a base de talonario y no están identificados con él, como si lo hacían con el proyecto que comandó Alex Ferguson durante tantos y tantos años.
La rivalidad entre ambas entidades es máxima. Cada vez que se ven las caras dentro de un terreno de juego la urbe del noroeste de las Islas Británicas se paraliza, siendo este hecho trasladable al resto de la nación y a buena parte del planeta en los que el futbol es entendido como una religión.
Estas dos escuadras son las caras de una misma moneda, puesto que cuando uno vive su época más laureada el otro se encuentra pasando penurias en cuanto a títulos y viceversa.
