AFP. Hong Kong. La película Mulan de Disney, que acaba de salir en Disney+, es objeto de llamados al boicot para protestar contra el rodaje de ciertas escenas en la región china de Xinjiang, donde Pekín está acusado de violaciones de los derechos de los uigures.
La superproducción de 200 millones de dólares, basada en la leyenda de una guerrera china, ya había sido objeto de controversia el año pasado.
Liu Yifei, la estrella chinoestadounidense que protagoniza la historia, expresó entonces su apoyo a la policía de Hong Kong, acusada por el campo prodemocracia de reprimir las manifestaciones.
Pero recientemente surgió una nueva polémica. La semana pasada, durante su emisión en la plataforma Disney+, al final del filme, en los créditos, Disney dirigía “un agradecimiento especial” a las instancias gubernamentales de la región de Xinjiang, situada en el noroeste de China.
Entre estas últimas figura la oficina encargada de la seguridad pública de Turpan, una ciudad situada al este de Xinjiang en la que se encuentran varios campamentos de reeducación política de uigures, según asociaciones de defensa de los derechos humanos.
El departamento a cargo del Partido Comunista Chino en esta región también es objeto de agradecimiento.
Antes de esta nueva polémica, activistas de Taiwán, Hong Kong y Tailandia habían iniciado un movimiento en las redes sociales con la etiqueta #BoycottMulan.
Llamado “Milk Tea Alliance”, este movimiento es fruto de la asociación de activistas que denuncian el autoritarismo de Pekín.