Por: Olga León Téllez
Siempre inmerso en el deporte, como jugador, promotor, directivo y padre de familia, es el resumen de José Antonio Moya Peredo quien nos comparte en su Historia de Vida, su pasión por el deporte, su proyección en el mismo y lo que ha conseguido gracias a este hobby en su vida.
Desde los 6 años comenzó con la práctica del deporte más popular del Mundo, que es el futbol, acompañado de otra disciplina que formó parte de su desarrollo como lo fue la bicicleta cross, disciplina que lo tuvo activo cada ocho días en un serial con duración de medio año, que se realizaba en el Estado de México, en el cual pudo quedarse con el subcampeonato al final de la temporada.
“Siempre fomentaron el deporte en mi, pero alguien que fue mi cómplice fue mi papá, que a través del futbol me explicó lo que es el valor de la responsabilidad, el compromiso, la perseverancia, el respeto a mi entrenador, al rival y a los árbitros, además del cuidado de la salud, mostrarme que en la vida hay revanchas”, fueron algunas de las enseñanzas que compartió en su relato.
PASIÓN PAMBOLERA
Dentro del futbol tuve el respaldo para jugar en diferentes equipos, inclusive comenta que se programaban las vacaciones de familia cuando no tenía partido o la competencia ya había terminado, para no perderse ningún compromiso deportivo.
Su ilusión como todo niño, era ser jugador profesional o famoso, luchó hasta donde pudo para conseguirlo; sin embargo, el mismo andar en la vida hizo que se quedara como un pasatiempo con gratos recuerdos y grandes amigos.
Inició a jugar en el Instituto Hidalguense, de ahí continuó en la Pedro Escobedo, pasó por la escuela de futbol de la UAEH, la selección de Hidalgo, preselección nacional para asistir a los Juegos Centroamericanos en 1993, además de Cruz Azul, Garzas UAEH, Oro, Casa del Plomero, San Agustín Tlaxiaca , club España en la Liga Interclubes y Obras Públicas. Actualmente juega en el equipo Parota y futbol siete en una liga de papás en Cuernavaca Morelos, ciudad donde radica actualmente.
RECORDAR ES VOLVER A VIVIR
Como jugador, una de sus mejores experiencias las vivió dentro del torneo nacional Benito Juárez ante Guanajuato en 1993, donde al minuto 88 le lograron dar vuelta al marcador y en el 91´de tiempo corrido convirtió el gol que le dio el pase a Hidalgo y a Moya Peredo lo consagró como campeón de goleo.
“El practicar deporte, es un estilo de vida para mi, desde pequeño mis papás me lo inculcaron para tener disciplina y no tener vicios, creo que nunca se imaginaron que llegara a ser tan importante en mi vida”, indicó.
“Nunca fue para mi un sacrificio hacer deporte, el tiempo que puedo lo practico y lo hago con mucho gusto. El hecho de no fallar cada fin de semana y seguir dedicado al deporte se debe a que es tiempo que me dedico a mí y hoy en día comparto ese gusto con mis amigos y compañeros de trabajo, siempre busco ganar y entregarme al 100, eso me hace ser feliz”, enfatizó.
El deporte no le ha traído alguna experiencia negativa, tal vez perdió alguna final en su momento, pero a través del tiempo aprendió a que todos los contrincantes no son enemigos, simplemente son rivales que buscan el mismo objetivo, pero al final son compañeros en el terreno de juego.
Del otro lado de la moneda las satisfacciones que le ha dado el futbol al vivirlo de forma tan especial dentro y fuera de las canchas, simplemente lo convirtió en un estilo de vida y por otro lado menciona que representar a selecciones de Hidalgo “Es todo un orgullo, porque te enfrentas a lo mejor del deporte y porque juegas torneos importantes, con un nivel de competencia que te emociona por enfrentar a los mejores”.
“Saltar al terreno de juego, consiente de la responsabilidad que tienes de portar la playera de tu estado de nacimiento le da un toque especial al futbol, porque cada jugador busca defender lo mismo y buscar una victoria y conseguirla te deja la satisfacción que lo hiciste ante los mejores”, puntualizó.
SU PASO POR LAS CANCHAS
El jugar futbol le ha hecho tener la cábala de entrar a la cancha con dos pasos de cojito y aunque no sabe bien porque lo hace, lo realizó mucho tiempo, además de pedir a Dios que no sufriera ninguna lesión.
Fuera de eso, en el rectángulo verde se convertía en un líder, con don de mando, de orden, haciendo gala de su experiencia y buen toque de balón, además de la elegancia y el temple para manejar las acciones del partido y sobretodo arropar a los nuevos o futuros talentos y confiesa que sus triunfos tuvieron siempre la dedicatoria especial a su papá, mamá, esposa y a sus hijos.
DEPORTE DESDE OTRO SECTOR
El Instituto Tecnológico de Monterrey, le ha dado a José Antonio Moya, otra faceta dentro del ámbito deportivo, primero como director de deportes, después como director de
Asuntos Estudiantiles del Campus Hidalgo, gracias a su maestría e Administración de Instituciones Educativas.
En este sector, se enfocó en fortalecer actividades primordiales de formación integral de los alumnos, a través de impulsar lo relacionado al área de: liderazgo, deporte, difusión cultural y asesoría pedagógica.
Una de sus mayores satisfacciones al frente de esta área fue consolidar y hacer que el Campus Hidalgo se ganara un respeto a nivel nacional durante 12 años y que actualmente perdura en las vitrinas gracias a los títulos conseguidos con el equipo de Basquetbol varonil, comandados por Sergio Molina y la Cucha, ya que tuvo la oportunidad de formar el equipo con ellos.
MENSAJE
“Actualmente radico en la ciudad de Cuernavaca, en el 2014 sufrí la enfermedad de alopecia Universal, donde perdí todo el cabello de mi cuerpo, fueron momentos muy complicados en mi vida, pero gracias al carácter, acompañamiento de mi familia y cercanía de mis amigos, que forme en el deporte he podido salir adelante.
Muchas personas han tocado mi vida y la han marcado, pero en especial Mi papá (qpd) y el profesor Miguel Rico que ha formado a mucha gente y la ha hecho gente de bien, profesionista y yo fui uno de ellos.
Hoy el mundo ha cambiado, tendremos que redefinirnos como seres humanos, ser mas resiliente, pero lo más importante es contribuir a tener una mejor sociedad.
Para cerrar, agradece a su mamá y hermanas, pero en especial su esposa Xi, a su amigo Manuel por el respaldo y apoyo, a sus hijos.