Hidalgo Sport. Agencias.- La noche del 19 de diciembre de 1999 será recordada no solo como el inicio de una década dorada para el Pachuca, sino también como el inicio de la sequía que 22 años después mantiene a Cruz Azul anhelando un título de liga.
Esa fue la primera de seis Finales de Liga, perdidas por La Máquina, cuya primera derrota en esa triste sequía permitió la irrupción de unos Tuzos cuya inercia ganadora se ha mantenido por muchos años, casi hasta la fecha.
Te recomendamos: Ficha histórica de la Final entre Cruz Azul y Pachuca del Invierno 99 Todo comenzó en el Estadio Azul, donde el Pachuca llegó como víctima a la Final de Vuelta después del 2-2 de la Ida en el Estadio Hidalgo.
Parecía cuestión de trámite para que La Máquina consiguiera la novena estrella, en un equipo donde entonces brillaban jugadores como el Conejo Pérez, Francisco Gabriel de Anda, Francisco Palencia, Matute Morales y Mauro Camoranesi, quien 7 años después levantaría la Copa del Mundo con Italia en Alemania 2006.
El conjunto hidalguense llegaba como la sorpresa del torneo, luego de afrontar tres descensos en menos de cinco años. ¿Cómo sucedió el título del Pachuca? “Todo estaba listo para la fiesta de Cruz Azul”, recordó el vicepresidente del Pachuca, Andrés Fassi, en una entrevista a Mediotiempo en el marco del aniversario número 20 del primer título de la institución, lo que se cumplió hace un par de años.
El juego terminó empatado 0-0 en los 90 minutos reglamentarios, siendo el arquero Ignacio González el héroe. Logró dejar su meta en blanco para mantener las esperanzas del cuadro blanquiazul, que pasó la mayoría del tiempo defendiendo su portería.
Los celestes llegaron al tiempo extra desesperados por no poder abrir la meta de los Tuzos, que poco a poco, y conforme iba creciendo la ansiedad de los locales, fueron adelantando líneas, hasta que en el arranque del primer tiempo extra comenzaron a dominar el juego.
Y no pasaron ni 4 minutos cuando esa presión dio resultados. Marco Garcés, hoy Director Deportivo del cuadro de la Bella Airosa, y quien había entrado de cambió al minuto 65, metió un centro por la banda de la derecha.
La pelota pasó hasta el segundo poste donde Alejandro Glaría, que también había ingresado desde la banca en la parte complementaria, cerró la pinza para empujar la pelota y meterla con un extraño remate entre la cintura y la ingle.
El esférico entró y el primero de seis títulos de los Tuzos se concretó, ante la sorpresa de los 30 mil aficionados que se dieron cita en el Azul, la mayoría sin poder creer la caída de la Máquina, y los menos, tratando de asimilar el primer campeonato del cuadro hidalguense que estaba a un año de cumplir su centenario de fundación.
Mientras Jesús Martínez y Andrés Fassi festejaban en el palco visitante, en la cancha Glaría atravesaba toda la cancha corriendo para festejar con sus aficionados, mientras el Conejo, quien saldría campeón por segunda vez en su carrera con los Tuzos hasta el Clausura 2016, lucía triste y avasallado tras el duro golpe que significó esa derrota, que fue la primera en los torneos cortos que se definía con un gol de oro.