Hidalgo Sport. Record.- “Lanzarte de clavado es como volar. Todo es indescriptible”, así definía Carlos Girón los saltos ornamentales, deporte en el que se consagró subcampeón olímpico en los Juegos de Moscú 1980. El campeón del mundo FINA en 1981 falleció este lunes a la edad de 65 años tras sufrir una neumonía que se complicó con una bacteria hospitalaria.
Girón, seleccionado olímpico en Munich 1972, Montreal 1976 y Los Ángeles 1984, fue atendido en el Centro Médico La Raza en la Ciudad de México, donde pasó sus últimos momentos acompañado de su familia.
El exclavadista aprendió a nadar en el Puerto de Acapulco, donde a la edad de 10 años se ganaba la vida aventándose de cabeza para competir junto a otros niños por la moneda que aventaban los turistas al agua.
Sin embargo nadar no era lo que más le apasionaba a Carlos sino tirarse de las rocas del malecón.
“Lanzarte de clavado es como volar, y el encuentro con la masa sólida, y la sumersión… Todo eso es indescriptible. Yo me lanzaba muy bien. Desde entonces sentí una fascinación especial por ir de cabeza, el cuerpo en libertad, al encuentro con el agua”, platicó Girón en entrevista para el Comité Olímpico Mexicano.
Girón luchó y no desistió en busca de sus sueños. En 1966 se proclamó campeón del Centroamericano Infantil de clavados en El Salvador y dos años más tarde participó en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de México.
Con 17 años de edad debutó en la máxima justa deportiva en Munich donde su último clavado desde la plataforma en el que cayó de espaldas lo bajó del podio.
Ocho años más tarde con mayor experiencia y madurez, Girón se colgó la medalla de plata en el pecho que inmortalizó su nombre en la historia del deporte olímpico en el trampolín de 3 metros.
Al año siguiente subió a lo más alto del podio y entono el Himno Nacional Mexicano al dominar la Copa del Mundo FINA que se disputó en la Ciudad de México al posicionarse por delante del estadounidense Greg Louganis y del chino Lee Hong Pinc.
A su palmarés se suman las cuatro medallas de Juegos Panamericanos, así como el Premio Nacional de Deportes 1975.
El fair play y los valores olímpicos que aplicó dentro y fuera de la fosa de clavados describen al hombre que nunca se dio por vencido a pesar de las adversidades y que luchó hasta el último minuto de vida. Descanse en paz.