Hidalgo Sport. Marca.- El lateral mexicano, Miguel Layún, fue titular y disputó los 90 minutos en el empate del Villarreal 2-2 ante el Real Madrid en duelo de la jornada 17 de La Liga en el Estadio La Ceremica.
Nada cambia en 2019. Ni siquiera después de remontar un gol tempranero fue capaz el Real Madrid de asegurar un triunfo esencial para pelear por el título liguero, si aún tenía esperanzas de hacerlo. Salió de La Cerámica a siete puntos del líder. Un mundo. Sobre todo por la decepcionante segunda parte, la que permitió al Villarreal obtener el premio a su constancia. Cazorla abrió el partido y lo cerró marcando de cabeza para sacar del descenso a los amarillos. Estelar el asturiano.
El duelo acabó como empezó. La reincidencia suele marcar la línea entre el accidente y la premeditación. No es la primera vez, y es más que probable que no sea la última, en que Marcelo regala su espalda y pone en desventaja al Real Madrid. Después del pasillo al campeón del mundo, el brasileño correspondió con amabilidad a las carreras de Samu Chukweze. En la primera se plantó solo ante Thibaut Courtois, que sacó abajo el mano a mano. En la segunda tomó la diagonal, atrajo a Casemiro, que no taponó, y a su espalda se filtró Santi Cazorla, todo finura, para colocar junto al palo el 0-1. En tres minutos.
La finalización retrató a un futbolista de instinto. Puede que sea uno de los últimos eslabones que encadenan al fútbol español con su pasado más glorioso. Masacrado por las lesiones, Santi Cazorla intenta que sus pies traduzcan todo el fútbol que le bulle por la cabeza. Su gol y su manera de moverse por el juego recordó al que fue, un estupendo jugador.
No ha respondido bien en la temporada a cualquier gol en contra el Real Madrid. Puede que fuera por propósito de Año Nuevo, pero todo apunta a que en la remontada exprés que vino a continuación tuvo más influencia el pésimo momento que atraviesa el Villarreal. Blando y sin confianza, los aciertos casi nunca se traducen mientras que cada error es una tragedia. Sólo cuatro minutos después del 1-0, un error en la salida de Álvaro González cogió al equipo descolocado, se asociaron Luka Modric y Dani Carvajal para habilitar a Lucas Vázquez como extremo y su centro templado encontró totalmente solo en el área a Karim Benzema. Sin nadie que le molestara. El central quedó tocado y dos minutos más tarde entró por la espalda a Benzema, sin medida. Tuvo suerte. No vio ni amarilla cuando pudo ser hasta expulsado.
El empate recompuso al Real Madrid, pese a los desajustes típicos. Volvía Casemiro y le costó coger sitio. Perdió un balón peligroso que tuvo que rescatar Sergio Ramos del gatillo de Gerard Moreno. Pero encontraron los blancos el lugar desde el que generar problemas, el costado izquierdo. Layún sufrió como Marcelo. Desde allí partió la jugada en la que Benzema filtró un balón exquisito a Lucas Vázquez, al revés que en el primer tanto, pero el gallego se estrelló en el cuerpo de Asenjo, felino. Nada pudo hacer el meta poco después, cuando Toni Kroos sirvió una falta al segundo palo y Varane remató perfecto. Se elevó por encima del marcador, metió la frente y picó la bola para que botara antes de encontrar el interior del palo.
El 1-2 colocó el partido idóneo para los blancos, que pudieron amarrar el partido en otro error de Miguel Layún en la salida. El linier acertó con el fuera de juego de Modric, aunque lo protestara el croata. Como también pidió Samu un penalti de Ramos que no dio el árbitro, con buen criterio. La noche blanca se torció cuando Gareth Bale cayó, tras un forcejeo con Fuego, y se echó mano al gemelo. En galés se traduce como lesión segura. Aguantó hasta el descanso. No había hecho mucho, pero dejó sin velocidad al equipo blanco.
Entró Isco, síntoma evidente de que ha cambiado la situación del malagueño. Y aportó lo que suele. Dejó varias pinceladas espectaculares, sobre todo recibiendo de espaldas balones comprometidos. Pero el segundo acto fue agrandando al Villarreal, con mucha más calidad que puntos. Recuerda a esos equipos grandes a los que les cuesta un mundo hacer gol. Empujó y empujó, pero entre Courtois y la eficacia de los centrales se bastaban para salvar buenas oportunidades. Gerard Moreno rozó el palo con un buen disparo, y Álvaro tocó con la coronilla un córner que se marchó por poco.
El Real Madrid se fió de una contra salvadora. Pudo pescarla cuando Lucas se fue en vertical, se liaron los centrales y se quedó solo, con Benzema a su lado. Se la jugó el gallego, sacó Asenjo y dio una vida extra a los amarillos, que al fin encontraron premio. Fue justo cuando Luis García metió a Trigueros y reforzó la medular, deshaciendo la sustitución anterior de Fuego. El caso es que fueron los volantes, liberados, los que firmaron el empate. Lo cocinó Pablo Fornals, lo coronó Cazorla. De cabeza. Detalle importante para comprobar cómo defendió el Madrid esa acción. Retrato de su temporada. Con tantas concesiones es imposible pelear por la Liga.