Hidalgo Sport. ESPN.- El estadounidense Sadam Ali, sorprendió a muchos en diciembre cuando venció a Miguel Angel Cotto en su despedida del boxeo y le arrebato el cinturón OMB de las 154 libras. Para su primera defensa se había pactado una pelea con el británico ex campeón mundial Liam Smith, pero este abandonó por causa de una reacción alérgica. Con poco tiempo disponible para encontrar rival, recurrieron a Jaime Munguía. El mexicano creó una enorme controversia en el mundo del boxeo, cuando fuera seleccionado como posible rival de Gennady Golovkin, pero la Comisión de Nevada no lo aprobó como rival del kazajo. Ello, dividió las opiniones entre quienes sostenían que a sus 21 años Munguía estaba listo para dar el salto y quienes pensaban lo contrario.
El jovencito que debutó a los 16 años, luego de un largo camino en el boxeo amateur donde incluso fue campeón nacional y que en cinco años como profesional ha ganado todas sus peleas y noqueado a 24 de sus 28 rivales, perdió una opción ante GGG, pero ganó una oportunidad caída del cielo contra Sadam Ali. Enfrentará a un campeón de su misma división y con un título universal en juego.
VETERANÍA Y MEJOR RAPIDEZ DE ALI
A sus 29 años, Ali tiene un número menor de peleas profesionales que su rival, pero no hay dudas que ha enfrentado a mejor oposición que Munguía. Basta recorrer su record para encontrar, además de Miguel Cotto, a rivales de la talla de Jessie Vargas, Johan Pérez o el argentino Luis Carlos Abregu, entre otros.
Su trayecto por los cuadriláteros tiene otra consistencia y variedad, algo que necesariamente repercutirá en la marcha del combate. “Creo que mi experiencia debe ayudarme a conseguir la victoria y si bien no tuvimos tanto tiempo para hacer ajustes, eso no importa, he enfrentado rivales de todo tipo desde hace mucho tiempo y eso me va a ayudar”, dijo Ali.
El poco tiempo para realizar los ajustes que le permitan contrarrestar el estilo del nuevo rival, son una de las trampas que para el campeón guarda esta pelea. Pero no son la única. Deberá afrontar este combate como el gran favorito con toda la presión mental que ello implica y tener mucho cuidado con la mano pesada de Munguía, un noqueador peligroso y que siempre apuesta a liquidar sus combates por la vía rápida.
De todas maneras, pese a ser más pequeño en tamaño, además de la importancia de su experiencia, Ali se ve superior desde lo técnico y en especial en la velocidad, tanto de golpeo como en desplazamientos. El estilo cansino del mexicano, se adapta a la perfección a la explosividad de Ali que lo golpeará temprano y muchas veces, en una batalla donde es el claro favorito.
JAIME MUNGUÍA, TAMAÑO, PEGADA Y LENTITUD
A sus 21 años, Jaime Munguía ha destruido a todos los rivales que ha enfrentado en cinco temporadas como profesional. En general, como una característica natural de la escuela mexicana, todos sus oponentes han sido aguerridos y de mucho corazón. Pero ninguno del primer nivel. Es necesario aclararlo. Munguía pese a su edad y su aspecto, no es un nene de pecho. Puede fajarse de tú a tú, tiene probada asimilación y una pegada de mula que lastima cuando consigue conectar. Pero Ali, es otra cosa, muy superior a todo lo enfrentado y que necesariamente lo lleva a otro plano de competencia. Munguía ha llegado al primer nivel y seguramente lo sufrirá en su primera pelea.
La principal razón para sufrirlo será su lentitud, la previsibilidad de sus golpes y su defectuoso bloqueo al contragolpe, algo que hasta hoy ha compensado con su asimilación y fortaleza. Esta vez, esa cualidad será puesta a prueba en una pelea de Grandes Ligas y habrá que ver cómo responde.
El factor positivo, que ayudará al desempeño del mexicano, es que no es favorito y llegará sin ninguna presión al combate. Pelear desinhibido asumiendo riesgos y sin darle importancia al resultado, puede ser aquél factor que lo haga crecer en la batalla. El mexicano es un púgil que trabaja en las tres distancias, golpea muy duro por afuera, lanza muy bien los ganchos y es sumamente peligroso en el intercambio en corto. Pero, lo dicho, es lento, previsible y ante un rival explosivo y que lo supera desde lo técnico, el mayor riesgo es que caiga en la frustración.
En lo previo, Ali debería ganar en las tarjetas o por KO tarde en la pelea, pero esa predicción es una simple conclusión de la teoría obvia y esta pelea escapa en mucho a la lógica. Empezando por lo que pueda ocurrir con un rival emergente como Munguía, que muchos consideran un novato, pero basta escuchar su molestia al responder a esa acusación, para entender que pese a su rostro aniñado, es un profesional endurecido y consolidado en el ring.
Bajo esa perspectiva, podría haber sorpresas. Basta que Ali caiga en un momento de desconcentración como le ocurrió ante Jessie Vargas y Munguía romperá con todos los pronósticos. El mexicano trabajará mucho con los golpes largos desde una mejor distancia, algo a lo que apeló Vargas para vencer a Ali en marzo del 2016. La pegada dura del mexicano puede hacer la diferencia en cualquier momento y eso nos obliga a ser cautos en nuestras predicciones.
Como sea es un combate que tiene mucha expectativa. El mexicano despierta interés y si se quiere mucho morbo ante su primera gran prueba de campeonato. Pierda o gane, está llegando al primer nivel y eso ya es una victoria. El resultado oficial del combate, solo entra en la experiencia educadora que para su carrera significa esta oportunidad. Al final del día, eso será lo más importante para un púgil que más tarde o más temprano será campeón del mundo y si es ahora, pues, ¡bienvenido sea!
