Hidalgo Sport. ESPN.- Un penalti, clarísimo, de Abdennour a Suárez en el último segundo del alargue que transformó Messi, le dio el triunfo de 3-2 al Barcelona en Mestalla, tras un partido enloquecido.
El Valencia le salió respondón al campeón y le llegó a remontar el inicial 0-1 de Leo en la segunda mitad. Pero el Barça, la MSN, acabó por llevarse el partido, con el remate de Suárez primero para igualar y el penalti al final definitivo.
Se cumplió el guión esperado porque Mestalla suele ser uno de esos campos en que da igual la realidad local. Ya puede estar hundido o lanzado el Valencia que el Barça sufre. Y sufrió, debiéndose conformar con un empate que le deja demasiado pendiente de sus rivales en la Liga.
Le faltó gasolina al campeón, le faltó capacidad de reacción más allá del gol de Luis Suárez y, en el fondo, mostró una realidad preocupante: lesionado Iniesta al principio, quedó demasiado dependiente de sus cracks.
Se demostró, una vez más, por cuanto Messi abrió y cerró el partido, en un penalti decisivo que nació de una combinación de la MSN. Un guión conocido.
El equipo de Luis Enrique pudo y probablemente debió sentenciar el partido a su favor en la primera mitad. Por más que su gol debiera ser anulado o que Umtiti cometiera un más que posible penalti sobre Rodrigo, la superioridad en juego y ocasiones del Barça fue absoluta.
Diego Alves mantuvo en pie al Valencia con tres intervenciones excepcionales que evitaron que la lógica se trasladase al marcador, después de que Iniesta se marchase en camilla tras una dura entrada a la rodilla y mientras el arbitraje de Undiano Mallenco hacía enfadar a todo el mundo.
La intensidad mostrada por el Valencia, en ocasiones rozando la violencia, no evitó que el Barça mostrase galones futbolísticos y ello condujo al 0-1 de Messi, con un disparo seco y raso que protestaron, mucho, los valencianistas al apreciar que el balón pasó por debajo de los pies de Suárez, quien estaba en clara posición de fuera de juego.
Con el marcador a favor tuvo sus mejores momentos el campeón… Pero resistió el Valencia a través de su portero y pudo hasta igualar en su único y solitario remate a puerta, de Parejo a bocajarro y que rechazó Ter Stegen rozando el descanso.
La segunda mitad varió el escenario. El Valencia cambió dureza por fútbol, el Barcelona rebajo su profundidad, André Gomes desapareció y las fuerzas se igualaron.
Y llegó la locura en un abrir y cerrar de ojos. Poco después de que el palo derecho de Diego Alves repeliera el remate mortal de Rakitic, Munir comenzó y acabó la jugada del 1-1. Recuperó un balón, lo combinó y se marchó a la carrera hasta recibir el centro raso de Parejo, que convirtió en un disparo genial que Ter Stegen apenas pudo seguir con la mirada.
El empate encendió Mestalla y catapultó a un Valencia explosivo que necesitó solamente cuatro minutos para consumar una remontada que se adivinaba antes utópica. Lo hizo Rodrigo y a los 56 minutos, lo impensable, perdía el Barça.
Suerte tuvo de la aparición de Suárez poco después para lograr la igualada porque la última media hora ofreció un choque abierto en el que no respondió como se esperaba el campeón.
Nani pudo marcar el 3-2 en un momento especialmente delicado para el Barça, cuando solamente la personalidad de Messi ofrecía algún buen presagio. El Valencia, con todo, parecía conforme con las tablas al tiempo que el equipo de Luis Enrique quería pero no podía, adivinándose que las tablas acabarían por cerrar el encuentro.
Y así pareció… Hasta el último suspiro del choque. Combinó la MSN y Abdennour le hizo penalti a Suárez. Lanzó Messi y esta vez Diego Alves no le atajó. El Barça ganó, de la forma más inverosímil, cuando ya no había tiempo para más.