Hidalgo Sport.- ESPN.- El último medio local que lo entrevistó lo hizo hace 15 años. Es más, quién lo hizo recuerda que era un tipo hosco, que no gustaba de hablar con la gente, pero en cambio con ESPN lo hizo gustoso en medio de risas y anécdotas de su paso por Pumas, León y Atlante.
El Cabo, apodo asignado porque se vestía con ropa tipo camuflaje, abrió las puertas de su departamento ubicado en el séptimo piso de una colonia de clase media. Sonriente mostró sus fotografías de Pumas, aunque lamentablemente padece de diabetes, la cual le diagnosticaron hace poco, aunque se cuida todos los días.
“Cuando era futbolista me besaban los pies, pero luego se olvidan de ti y te dan una patada por la cola.”
Cabinho
La historia hecha carne. El hombre que revolucionó toda una época. Cabinho no ostenta los grandes lujos. Vive en una casa adornada por muebles que compró en México, pero que han cedido al paso del tiempo.
Religioso. Lo acompaña una biblia en color café. Ostenta una televisión de 50 pulgadas y añejas fotografías colgadas en la pared.
“Cuando era futbolista me besaban los pies, pero luego se olvidan de ti y te dan una patada por la cola”, lamenta sabedor que el futbol teje esas historias a diario.
Charla amena. Encontrar estos monstruos de carne y hueso es enriquecen cualquier material periodístico. Delgado, Cabinho muestra que el tiempo no perdona y el olvido mucho menos. Quien nos ubicó en su morada asegura que cuenta historias de haber sido el mejor de México y no se equivocó. Cabinho sabe la historia lo tiene registrado como el mejor y haber sido ocho veces campeón de goleo y lograr 312 goles oficiales, no cualquiera.
Lamentablemente la historia se empolva y alguna veces se olvida. Cabinho, difícil de encontrar, pero muy fácil para entender que hoy hablamos con el mejor jugador de la historia del futbol mexicano.
Y sí, periodista sin suerte no es periodista, pero cuando la buscas… La encuentras