Hidalgo Sport.- En su conquista de seis Campeonatos, Michael Jordan tuvo en Scottie Pippen al cómplice ideal, a su compañero de aventuras, a ese elemento que les permitió marcar la historia del baloncesto norteamericano.
Elegido en el Draft de 1987 por los Seattle Supersonics (con quienes nunca jugó), fue enviado a la “Ciudad de los Vientos” en un intercambio; de ahí en más, la carrera de Pippen fue en ascenso hasta convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia, seleccionado entre el Equipo Ideal de los 50 años de la NBA, ocho veces nominado al Primer Equipo Defensivo del año y tres veces al Primer Equipo NBA.
Irremediablemente, hablar de Pippen es remitirse a la dinastía de los Bulls y de Michael Jordan, lo que ha llevado a suponer que gran parte del éxito cosechado por el “33” se debió a “Su Majestad”, sin embargo, Jordan no fue capaz de ganar su primer anillo NBA sino hasta que su “cómplice” llegó a la quinteta; de hecho, MJ23 y Scottie fueron los únicos integrantes de la franquicia en estar presentes en cada uno de los seis títulos conquistados.
Pero Pippen fue el encargado de no permitir el “hundimiento” de Chicago cuando Jordan anunció su primer retiro en 1993; fue entonces que el delantero asumió el liderazgo del equipo, logró entonces su primera condecoración al Primer Equipo NBA.
Pippen fue el mejor en puntos, rebotes, asistencias y robos por partido para los Bulls. Una vez en Playoffs, fueron eliminados en Semifinales de Conferencia en una polémica serie ante los New York Knicks, aunque para ese momento, Pippen demostró que no era más la “sombra” de Michael Jordan, sino una superestrella del deporte ráfaga.
Fueron 17 años en las duelas estadounidenses con Chicago, Houston y Portland, en los que siempre jugó Postemporada con excepción de su último año, haciéndole el segundo basquetbolista con más apariciones en Playoffs (208), solamente por detrás del mítico Kareem Abdul-Jabbar (237).