Hidalgo Sport.- Si hablamos de mujeres que han dejado huella en el #MovimientoOlímpico una de las pioneras es la nadadora María Teresa Ramírez Gómez, quien logró la medalla de bronce (800 metros libre) en los Juegos Olímpicos México 1968, una de las dos primeras preseas olímpicas para nuestro país junto con la esgrimista María del Pilar Roldán, quien también subió al podio con una plata.
Hoy, a 54 años de ese icónico momento y en una faceta muy distinta a la de una joven quinceañera que puso su nombre en lo más alto de su disciplina, Ramírez reconoce que, desde entonces, las mujeres han ganado muchos espacios en distintos rubros.
“Cuando competí en los Juegos Olímpicos a mí lo que me hacía falta era un referente porque no conocía a ninguna mujer mexicana que hubiera destacado en el deporte, en mi época casi no había alto rendimiento y me hacía falta.
“Fue tres años antes (a México 1968) en las Semanas Deportivas Internacionales que tuve oportunidad de conocer a las mejores deportistas del mundo y las nadadoras estaban en la primera línea, aquí empecé a admirarlas y querer ser como ellas, una fue la noruega Lisa Lundgren, que se vino a entrenar un año antes a México y por ella me pasé a entrenar fondo”, recordó.
Consciente del contexto que enfrentó en ese tiempo, sabe que su bronce de ese 24 de octubre de 1968, que la ubica como la primera y única mexicana en obtener una presea olímpica en natación hasta ahora, es clave en el Olimpismo nacional.
“Para México fue un parteaguas, siento que los Juegos Olímpicos y mi triunfo sirvieron mucho para que muchas niñas y mujeres se animaran a hacer deporte, fueron muchos años de estar luchando para que la mujer se permitiera esa oportunidad de participar más y ha demostrado que tiene el carácter, la fuerza, las ganas para sobresalir en muchas disciplinas que se han ido abriendo para las mujeres.
“De nuestro triunfo, de Pilar y mío, fuimos las primeras medallistas olímpicas mexicanas y pasaron 32 años para que otra mujer (Soraya Jiménez) ganara una medalla olímpica, y fue precisamente en levantamiento de pesas”, subrayó Maritere.
Siempre cerca del deporte, pues ha desempeñado distintas funciones en el deporte organizado varios años, aquel momento en la Alberca Olímpica Francisco Márquez hizo época, ya que de las nueve medallas mexicanas en México 1968, dos fueron precisamente en natación (Felipe Muñoz Kapamas obtuvo el oro en 200 metros).
“Ya para la mujer es otro el deporte, hoy veo a la mujer mexicana con metas más altas, más competitivas; hay que aprovechar esto, las niñas tienen muy buenos ejemplos con muchas mujeres en primer nivel.
“Ha sido una lucha constante siempre buscando nuevos espacios para las mujeres, hemos roto barreras y prejuicios; me da mucho gusto que hoy dos mujeres presidan los organismos cúpulas del deporte (María José Alcalá al frente del Comité Olímpico Mexicano y Ana Gabriela Guevara en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte)”, subrayó.
Y como ejemplo para nuevas generaciones, la ex nadadora destacó que el éxito, tanto en el deporte como fuera de él, es resultado de disciplina y trabajo constante.
“Les diría a las niñas que se atrevan a soñar, que quieran luchar por esos sueños y cada día ser mejores.
“El éxito es un trabajo diario, hay que siempre estar dispuesta dar lo mejor con disciplina, que disfruten mucho el progreso, si valoramos los pequeños triunfos, éstos nos darán la motivación para seguir y aspirar a nuevas metas y siempre aprovechar las oportunidades que se nos presentan”, compartió Ramírez.