Pachuca de Soto, Hidalgo. – La Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (OSUAEH) continúa con su segunda temporada de conciertos de manera virtual, la cual tiene el objetivo de llevar entretenimiento, cultura y música a toda la población en general de forma segura a través de sus redes sociales.
En esta ocasión los músicos universitarios, bajo la dirección artística de Gaétan Kuchta, ofrecieron el segundo concierto de la temporada titulado “Elegante sinfonía”, en donde interpretaron dos de las más grandes obras clásicas: Carnaval Romano de Hector Berlioz y la Sinfonía No. 8 de Antonín Dvořák, reconocidos compositores de sus respectivas épocas.
La OSUAEH abrió el concierto con la obra de Berlioz, la cual es conocida por tener nueve minutos de música elegante, orquestada con matices de todo tipo, con la intención de ser el preludio del segundo acto de su ópera Benvenuto Cellini, obra que fue tan decisivamente atacada en su estreno en París en 1838, la cual fue abucheada con unanimidad por el público presente, según lo narrado por el propio compositor.
El Carnaval Romano de Berlioz está escrito para gran orquesta sinfónica en la tonalidad de La Mayor, y tiene una parte solista a cargo del corno inglés. Varios años después el compositor volvería a retomarla y con el tiempo pasaría a ser una de sus obras más populares y aclamadas. Vista como pieza independiente, la Obertura tiene un inicio festivo que refleja los carnavales que se celebraban en la Piazza Colonna de Roma.
La OSUAEH continuó la velada con la Sinfonía No. 8 en Sol Mayor de Dvořák, la cual es una composición escrita en 1889 y estrenada en 1890 en la ciudad de Praga. Para esa época el compositor se había vuelto muy popular en Inglaterra, y la Sinfonía en Sol Mayor fue publicada en ese país por Novello, en 1892.
El tono predominante de la Octava Sinfonía es el de la euforia idílica, es decir, sentir la pura alegría de estar vivo en un mundo de maravillas naturales. Para el autor era importante estar en comunión con la naturaleza, en la armonía de sus voces y los ritmos pulsantes de su vida, en la belleza de sus cambiantes estados de ánimo y aspectos.
Es la obra con más tintes checos del autor, inspirándose en canciones y danzas folclóricas de su patria. Aunque la estructura sinfónica empleada es la clásica forma sonata, realizada de un modo bastante libre. Cada grupo temático se divide en dos partes con temas fragmentarios, su estructura es por ello sencilla y fácil de analizar.
El primer movimiento, “Allegro con brío”, consta de una introducción y dos grupos temáticos. Empieza con una introducción lenta solemne, presentada por los violoncelos, clarinetes, fagots y trompas. Luego la flauta presenta el primer tema, que después de un crescendo pasa al metal, para después darle cabida a una sección introductoria con cuerdas y darle paso al segundo grupo a través de los clarinetes, el fagot y las violas.
Finalmente el director artístico y los músicos que componen la sinfónica universitaria invitan a la población en general a ser parte de los conciertos a través de sus cuentas oficiales, además de transmitirse de manera simultánea en las cuentas de la UAEH, y del Sistema Universitario de Radio y Televisión UAEH.