Armando G. Tejeda.- Madrid. Se apagó la voz que se desgañitaba por un beso de la Flaca. Pau Donés, artista de amplios registros, guitarrista y líder de la banda de pop-rock español Jarabe de Palo, falleció a los 53 años, después de luchar contra un cáncer de colon. Se fue como vivió: dejando un mensaje de optimismo, de sinsabores más amargos, de amor por su hija, Sara, y de respeto absoluto a su profesión, a su compañera de vida, la música.
En España, como en otros muchos puntos del planeta, se vivió con pesar y conmoción la partida de un cantante que hace sólo unos días difundió el video promocional del primer sencillo de su último disco, Eso que tú me das, en el que aparece frágil y delgado, pero también sonriente y jubiloso de cantar una vez más junto a su grupo.
Pau Donés, quien nació en una localidad de Huesca en 1967, creció en Barcelona y vivió desde pequeño rodeado de música, en gran parte gracias a su madre, Nuria, quien le regaló su primera guitarra eléctrica. Ella fue una figura crucial, pues, además de llevarlo al mundo de la creación y los sonidos, protagonizó uno de los episodios más amargos de la vida del músico: cuando él tenía 16 años, ella se suicidó. En su libro de memorias, 50 palos y sigo soñando, editado por Planeta, hace un breve repaso por su vida, desde su nacimiento, describe cada detalle: su niñez hiperactiva, su adolescencia casi imperceptible, el fracaso amoroso y su enfermedad.
Acerca de su madre, relata: “se suicidó justo una semana después de que yo cumpliera 16 años. La muerte de una madre… ¡menudo palo! La lección fue severa, pero definitiva: el sentido de la vida cobró la importancia que en realidad tenía y que yo, hasta el momento, no le había sabido dar. Sufrí un dolor insoportable, un miedo atroz e infinito”.
Supo desde muy niño que su vocación sería la música, bastó un empujón de sus padres para que lo lograra: en casa la hiperactividad se trataba con música, pero ahora a los hiperactivos les dan anfetaminas. ¡Socorro!