Hidalgo Sport. Agencias.- Son los primeros 114 años de la pasión más grande que ha creado nuestro futbol, del club que se apropió de la filosofía mexicana y superó los retos para forjar una historia repleta de gloria, con un estilo único, las Chivas. El recuento sería incomprensible sin el aporte de la familia Vergara, de Jorge, quien desde 2002 impregnó alma y personalidad para hacer resurgir al Rebaño, y ahora de Amaury, que aprendió de la gestión de su padre y busca de nuevo “marcar época”.
“Estamos contentos y orgullosos de este aniversario”, asegura Amaury en charla con RÉCORD. “Al reflexionar lo que pasó en estos 114 años para poder estar en esta gran institución, defendiendo sus valores, el esfuerzo de generaciones, de leyendas que han pasado y dejado su carrera, vida y pasión, florece en mi corazón este gran orgullo y honor de representar a Chivas.
“Me da ilusión pensar que en cien años posiblemente se acuerden de lo que aportamos y eso me compromete más, me inspira a seguir trabajando para que tenga más siglos este gran club”.
– ¿Qué representa la familia Vergara en Chivas?
Todas las etapas y generaciones de familias y grupos de empresarios en las diferentes etapas del club han sido importantes. Destaca la gestión de mi padre por todo lo que hizo, desde la compra y la energía y recursos que inyectó para que Chivas no solamente saliera del mal momento cuando hizo la conversión de la A. C. a la S. A. de C. V.
Los años que pasaron después fueron importantísimos. Mi padre vino a refrescar el futbol, la figura del dueño, a ampliar el espectro de lo que se podía lograr con campañas mediáticas, toda esa gran etapa de los desplegados que trajo sazón, fue emocionante; con los dos títulos de Liga que logró, más las Copas y la Concacaf. Cada año de su gestión importó: desde los difíciles, cuando pasamos aceite porque recibíamos pocas visitas en el estadio, incluso en el palco no nos acompañaban por el mal momento, hasta vivir todo lo contrario con el último campeonato, La Doce.
Hoy, haciendo un resumen de lo que ha pasado, el futbol tiene sus momentos altos y bajos, pero siempre el espíritu y las ganas de querer ganar están presentes. Ahora que celebramos el aniversario 114, es un buen momento para refrendar esos compromisos y las ganas de seguir poniendo en alto el nombre de esta gran institución.
– En ese repaso, ¿cuál fue el gran reto de Jorge Vergara, en el que logró transformar a Chivas?
Mi padre estaba en la búsqueda de un director técnico que fuera el detonante de una serie de campeonatos, que creyera en el mexicano y en la transformación humana del jugador. Creía mucho en la superación, en el éxito, quería inspirar, estaba comprometido en generar una camada que se transformara en el nuevo campeonísimo. Nada fácil.
Encontró a una persona (Almeyda) que logró entender su visión en el equipo, además de los valores que regían en Chivas y comenzó una etapa que trajo alegrías: el campeonato de Liga número doce, las Copas, el Doblete, la Concacaf.
Para llegar a eso, tardó varios años en lo que fue más complicado: entender lo que necesitaba Chivas, qué tipo de liderazgo. Se logró con una etapa linda. Después volvió a otra difícil, pero nadie quita las alegrías que llegaron cuando esa visión tomó rumbo y solidez.
– Jorge Vergara tuvo éxito, pero también se equivocó, desfiló mucha gente para llegar a esa etapa exitosa, ¿qué aprendiste para aplicarlo al dirigir una nueva era en Chivas?
Hay cosas de la gestión de mi padre que admiro profundamente. No permitía margen de error, que hubiera un técnico que no estuviera convencido, no es lo mismo estar en Chivas que en otro club. Siempre dijo que íbamos a ser campeones y estaba esa actitud positiva, admirable, porque muchas veces te conviertes en objeto de burlas y críticas por ese convencimiento. Fue difícil que muchos técnicos llegaban con inseguridad.
Pero yo soy más creyente de dar el tiempo para que los proyectos maduren. Los grupos de trabajo deben tener una curva de adaptación y aprendizaje, el logro sólo se alcanza en equipo y si dejas que se generen esos vínculos de fraternidad, puede venir. Hoy, por el tipo de jugadores que hay, el modelo de dar tiempo para la maduración puede venir bien para los éxitos que buscamos.
– Brizuela apostó a que “con Amaury vendrán los títulos”, ¿te comprometes con sus palabras?
Le agradezco al Cone, que para mí es de los jugadores de actitud admirable de Chivas y el futbol mexicano, me entusiasma que lo diga. Lo digo con convicción y seguridad: van a venir los títulos. El equipo que estamos formando y estos pilares apuntalarán triunfos y alegrías durante muchos años.
Si hay algo que me entusiasma e inspira para levantarme en las mañanas y dar lo mejor es lograr una serie de títulos que vuelva a marcar época y traigan alegrías. Más que buscando ganar, lo que buscamos es merecerlo, hay una gran diferencia. Si uno es campeón antes de levantar la Copa, si logras inspirar a todo un club una actitud ganadora desde cómo cuidamos el pasto, hasta entrenarse, educarse, mentalizarse para ser mejores seres
humanos, es la fórmula que Chivas debe tener para lograr esos títulos que menciona el Cone.
¡Y aprendí del mejor! Jorge Vergara fue el mejor mentor que pude tener. Con mi nuevo equipo traemos ideas frescas que complementarán lo que aprendimos de mi padre para construir un club fuerte en los próximo diez años.
– ¿Ya existe la base en Chivas para alcanzar esta visión, o qué falta?
No sólo una base, tenemos los pilares, los estamos construyendo para los futuros años de Chivas. Mucho tiene qué ver el resultado en la jornada o Liguilla, pero hay base y pilares, que son las Fuerzas Básicas que diseñamos, que van a garantizar que el modelo deportivo tenga esa continuidad que necesita y estabilidad a lo largo de los años, de una década o más, que marque una época. Se va a fundamentar en generaciones que
formemos con esa claridad de lo que significa Chivas.
La construcción deportiva a cargo de Ricardo Peláez y el Flaco Tena, y la gente a su alrededor, con refuerzos que complementan un equipo de calidad; es un plantel joven, clara intención de que nos va a dar alegrías muchos años. La mejor edad para acostumbrarse al peso de esta camisa es esta. Me entusiasma la idea de cómo va a madurar este equipo y nos dará alegrías pronto, está encaminado a mediano y largo plazo, a ser agresivo y triunfador.
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