Hidalgo Sport. Alejandro Velázquez.- Nabor Castillo Pérez, judoca hidalguense, compartió, en redes sociales, los sentimientos que lo invadieron en el momento que sufrió la lesión en los Juegos Centroamericano y del Caribe Barranquilla 2018.
El orgullo de Omitlán se presentó aquella ocasión ante el costarricense Ian Sancho, a quien venció en su primer combate y, posteriormente, cayó ante el colombiano Ricardo Valderrama; tras ese combate, buscaría el bronce ante el puertorriqueño Carlos Rodríguez; sin embargo, tuvo que ir al hospital para ser atendido.
“Encontré estas imágenes de la lesión que tuve en 2018, me quedé recordando lo que sentí en esos momentos, solo escuché un crujido en mi mano; sabía que era grave.
“En ese instante, de apenas unos minutos cuando estaba en el hospital, pasaron muchas cosas por mi mente. Me he dedicado a este deporte por muchos años de mi vida, mi experiencia se basa en el judo, de eso he vivido, de eso mantengo a mi familia y en eso se sostienen mis más profundos sueños y metas profesionales”, compartió.
Agregó que por su mente pasaron muchas preguntas: “¿Y si era el fin de todo? ¿Y si ya no podría competir nunca en este deporte? ¿Si tendría que reiniciar mi vida, a que me podría dedicar?
“Es muy difícil aceptar la idea de dejar algo que te apasiona y en lo que habías dejado todas tus ilusiones, es un duelo interno donde no caben las palabras de aliento. Seguramente habría caído en una profunda depresión si no estuviera detrás de mí el bienestar de mi familia, había algo más importante que mis sueños y eran los sueños de mis hijos”, abundó.
Tras duros meses de rehabilitación, Castillo Pérez se mostró satisfecho por romper algunos pronósticos negativos que le dieron tras la lesión, pues siguió con su cerrera, disputó los Juegos Panamericanos Lima 2019 y mantiene su lucha para alcanzar sus segundos Juegos Olímpicos en Tokio.
“La vida llega a ponerte de rodillas contra el piso, llorando y deseando que las cosas fueran distintas, negando la realidad; pero esa negación solo nubla el pensamiento. Después de que mucha gente me dijo que era el fin de mi carrera como competidor, que jamás podría mantenerme como deportista de alto rendimiento y teniendo en cuenta que mi cuerpo ya no aguantaría mucho más ese ritmo de entrenamiento. Decidí actuar contra los pronósticos, iba a hacer mi mayor esfuerzo por ir a otros Juegos Olímpicos, mis hijos sabrían que no me rendí a pesar de que todo estaba en contra.
Descubrí que aún existían personas que creían en mí, familia, amigos, compañeros de entrenamiento, entrenadores y hasta personas que no conocía que a través de internet me mostraban su apoyo. Gracias a ellos lo estaba intentando de nuevo.
Esos minutos en el hospital después de mi lesión, son sin duda los minutos más largos de mi vida y el Judo lo mejor que me ha pasado”, finalizó.