Ciudad de México. A Iris, quien dice trabajar en un hospital, le parece que la paranoia por el coronavirus es exagerada. Ella y sus amigos vinieron al Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino que se efectuó el fin de semana en el Foro Sol, pues prefieren vivir con normalidad. Aseguraron que en su día a día se enfrentan a situaciones más graves.
Virus como el de la viruela, el sarampión y otros bichos raros que circulan por ahí, les parecen más graves. Se sienten seguros, afirmaron. Ella y sus tres amigos no usaban cubrebocas, pues consideraron que la medida es inútil. No sirve de nada, porque el material con el que están hechos no evita que el virus salga o llegue al cuerpo, sostuvo la joven. El grupo estaba reunido tomando sus alimentos, mientras esperaba; le preocupaba más llegar a tiempo a ver a sus músicos favoritos en los distintos escenarios del festival.
Jacobo y Rocío, aunque usaban cubrebocas, opinaron de forma similar. Ellos vinieron desde Sonora, de donde son originarios, y el gasto en los preparativos para llegar a la Ciudad de México bien valía la pena. Los sonorenses también llevaban gel antibacterial entre sus pertenencias, pues aunque el desinfectante abundaba en el festival, prefirieron tener un poco consigo todo el tiempo.
En el segundo día del Vive Latino los asistentes parecieron todavía más relajados que el sábado. El clima también fue más amable, lo que se notó en la llegada temprana de más personas al Foro Sol, que reunió a más de 60 mil. Muchos no dejaron de saludarse haciendo contacto, de abrazarse, de juntarse en torno a las bandas. Al interior, el festival se llevó a cabo como si fuera una especie de burbuja ajena a los problemas del resto del mundo.
Puntos médicos, vacíos
Uno de los ocho puntos médicos del festival lució vacío. El médico a cargo afirmó no poder dar ningún dato sobre el público que requirió atención. Las pistolas térmicas y el desinfectante siguen siendo la principal medida sanitaria.
Con la experiencia del primer día, algunos jóvenes se sintieron más tranquilos. El sábado creían que el festival podría estar en riesgo, y después de una primera jornada la confianza se reforzó.
Entre los más osados, había jóvenes que portaban o cargaban mensajes en los que se leía, el coronavirus me la pela. Sobre un pedazo de asfalto alguien dibujó una silueta simulando una escena del crimen, con la leyenda: murió de coronavirus. Varios se colocaron en el suelo para tomarse una foto y presumirla.
Ajustes en la programación
Este domingo, con algunos ajustes en la programación debido a la cancelación de diversas bandas, el Vive Latino se llevó a cabo en calma. Inspector y Moderatto son dos de las bandas que se sumaron de último momento al cartel, por lo que las ausencias pesaron sólo en quiénes tenían la intención de escuchar específicamente a los músicos que no llegaron.
Por lo demás, el ir y venir siguió. A media tarde Porter se presentó en el escenario principal y logró concentrar a una multitud que casi abarcaba por completo el espacio del Foro Sol.
Más tarde, Leiva, de España, explicó en otro escenario que el lugar del que viene enfrenta una situación grave a causa del virus que ha puesto en jaque a la industria. Así que sus músicos no pudieron viajar con él, por lo que el cantante se presentó solo con su guitarra.
En la segunda jornada del Vive Latino, el talento femenino predominó, ya que cantantes mexicanas como Silvana Estrada, Madame Recamier, Flor Amargo y Bratty coincidieron a la misma hora sobre distintos escenarios. Los más esperados del domingo fueron Babasónicos, Zoé, Andrés Calamaro y Ely Guerra.
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