Hidalgo Sport. Agencias.- La mirada de Nick Kyrgios asemeja a la de un depredador en alerta, pero el asedio de un torbellino de aficionados y un tanto más de reporteros que no le quitan los ojos de encima ni le inmuta. El australiano sorprendió al mundo entero tras derrotar a Rafael Nadal y a Alexander Zverev para coronarse en el Abierto Mexicano de Tenis un año atrás. Pero haberlo hecho pasando la semana entera de fiesta, es visto como un sacrilegio.
En los años 60, el Puerto de Acapulco era el lugar predilecto de las grandes estrellas de la farándula mexicana, y ni qué decir un par de décadas más tarde, cuando Luis Miguel gozaba de un éxito sin igual. Pero ahora es un australiano de carácter irascible y aspecto desencajado quien ocupa el centro de las miradas -y no es para menos- se trata del último campeón del ATP 500 más importante de Latinoamérica.
“Esta es la tercera vez que vengo. Me siento algo diferente ahora, me siento muy cómodo aquí. Me encanta venir. Las personas son extremadamente amables. Me encantan las condiciones, me siento como en casa”, dice a RÉCORD el tenista número 21 del planeta.
Días más tarde de haber alzado el Guaje de campeón, el oceánico confesó haberlo conseguido a pesar de haber estado a altas horas de la noche de fiesta después de cada partido. La indignación fue generalizada, pero ni la desaprobación de sus palabras por parte de los organizadores del torneo le importa.
-¿Te arrepientes de tus palabras o piensas lo mismo?
– No, ¿por qué me arrepentiría?
-No lo sé, por lo que se dijo de ti.
-No, soy el campeón.
Kyrgios nació en Canberra, la capital de Australia, hace 24 años. Su casa está a unos 13 mil kilómetros de México y solo pensarlo le causa un agobio profundo, pues detrás de esa imagen frívola y despreocupada, el alejarse de los suyos es una dolencia que sortear para convertirse en el talentoso tenista que es ahora.
“Para mí lo más difícil es viajar. Estar tan lejos de Australia no es fácil. Extraño muchas cosas, extraño a mi familia”, confiesa.
En Acapulco ganó uno de sus seis títulos como profesional, una cosecha raquítica al ser considerado como uno de los más grandes talentos emergentes del tour, pero con una disciplina muy lejana a la de los grandes ídolos de este deporte como Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic.
“Bueno, estoy lejos de ellos, son leyendas del juego. En cuanto a nivel, Rafa es un campeón, Nole es un campeón y Federer es un campeón. Sí, estoy lejos de ellos”, reconoce y analiza sus aspectos por mejorar. “Mi consistencia, seguro. Creo que debo intentar ser más consistente cada semana. Pero, me gusta donde estoy en este momento. Me gusta cómo me siento, estoy feliz jugando tenis”.
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