Hidalgo Sport. Agencias.- A la espera de que se abra la prueba B y se confirme o no el dopaje de Víctor Guzmán, el jugador tapatío que fue inhabilitado por la Liga MX y dado de baja de Chivas podría enfrentar una sanción que va de dos y hasta cuatro años de suspensión, de acuerdo al Código Mundial Antidopaje.
El Artículo 10 del documento, sección 10.2.1, señala que el castigo será de cuatro años en caso de que se compruebe que la infracción a las normas antidopaje fue intencional. En caso de que se compruebe que el hecho no fue intencional, la pena solo será por dos años.
“Constituyen infracciones de las normas antidopaje: La presencia de una Sustancia Prohibida o de sus Metabolitos o Marcadores en la Muestra de un Deportista”, señala el Artículo 2 del Código, que además manifiesta que los deportistas son los únicos responsables de la presencia de sustancias prohibidas en su organismo.
Sin embargo, hay casos en los que los atenuantes permiten que una sanción sea menor a dos años. Así ocurrió en marzo del 2015 en la Liga MX, cuya Comisión Disciplinaria suspendió ocho meses al futbolista Julio Nava, entonces en el plantel de Jaguares de Chiapas, por dar positivo por Dexamethasona en una prueba realizada después de un juego ante Cruz Azul en la Jornada 15 del Torneo Apertura 2014.
La sanción no fue mayor porque los señalados culpables por el dopaje del jugador fueron los doctores del Cuerpo Médico del club, quienes recetaron de manera errónea esta sustancia a Nava, quien tuvo que parar su carrera del 27 de diciembre del 2014 al 27 de agosto del 2015.
Hasta el momento, en el caso de Guzmán la Liga MX solo confirmó el resultado negativo adverso de la prueba A en el control antidopaje que se le realizó a Guzmán el pasado 10 de agosto, tras el juego de la Jornada 4 del Apertura 2019 ante Querétaro, asegurando que se abrió una investigación por parte del Comité Nacional Antidopaje, dependiente de la Conade.
En tanto el propio jugador, en sus redes sociales, publicó un mensaje en el cual manifestó que pedirá la apertura de la prueba B, con la intención de que se aclare lo que calificó como un “terrible error”.
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