Hidalgo Sport. Marca.- La Real Sociedad y el Barcelona empataron en un encuentro que no deja contento a ninguno. Los realistas pueden perder la cuarta plaza y los catalanes, el liderato, al acabar la jornada. Y no les deja contentos porque ambos merecieron la victoria.
Estos empates merecen sumar dos puntos en la tabla y no lo mismo que un mísero 0-0 sin remates a puerta de esos que se ven a menudo.El partido prometía en la previa y no defraudó. Primero contra cuarto, quizás los dos equipos que mejor fútbol hacen en esta temporada de LaLiga, volvía Griezmann a San Sebastián con una nueva camiseta y un ambientazo de Champions en el remozado Reale Arena que estrenaba césped.
Lo único discordante fue que el Barcelona no jugara con su uniforme titular y lo hiciera con el de auxiliar de enfermería. A sólo cuatro días para el Clásico, era un partido trampa para el Barça, ya que Valverde, que recuperó a Jordi Alba, no tuvo opción de reservar a nadie. Es más que probable que este sea el once del día 18 ante el Real Madrid.
Imanol, por su parte, buscó sorprender con Isak en punta en lugar del habitual Willian Jose y planteó una fuerte presión de inicio que evitara que el Barcelona fuera el dueño de la posesión. Un primer aviso de Oyarzabal al minuto de juego hacía presagiar un partido complicado para los de Valverde. Con Odegaard a los mandos, la primera combinación del noruego con Isak la tuvo que enviar Piqué a córner cuando se cantaba el gol.
A la tercera llegó la vencida para los donostiarras tras un córner en el que Busquets agarra a Llorente y Alberola Rojas señaló un penalti que Oyarzabal convirtió en el 1-0 a los 11 minutos.
No bajó el ritmo el equipo txuriurdin aunque Luis Suárez avisó a Remiro con un disparo desde fuera del área. Messi apenas entró en juego de inicio y el centro del campo realista se imponía a la hora del control. Y ahí sobresalía la calidad de Odegaard, muy bien acompañado por Guevara y Merino. Pero del Barça no te puedes fiar aunque parezca que no está.
Un error defensivo de Llorente a la hora de encarar un balón, propició una contra visitante con pase de Luis Suárez sobre Griezmann para que el exrealista pusiera las tablas tras picar por encima de Remiro. El abrazo posterior del tridente culé para celebrar el gol dice más que un libro abierto. Mazazo para una Real que estaba siendo mejor y así fue hasta el descanso.
La segunda parte fue otra historia en su inicio. Más que nada porque a los tres minutos un nuevo desajuste defensivo local puso en ventaja al Barcelona. Un pase de Busquets dejó solo a Messi ante Remiro y el pase de la muerte del argentino lo remató Luis Suárez a placer. La Real quedó muy tocada con el gol y Remiro evitó el 1-3 unos minutos después ante un remate de Griezmann a pase de Lenglet. Los nervios en la defensa realista eran evidentes y el Barça se fue arriba buscando la sentencia. Y la tuvo Piqué al rematar un córner que sacó Zubeldía sobre la línea.
Pero cuando estaba mejor el Barcelona empató la Real en una jugada en la que falla Ter Stegen. Un centro de Monreal lo despejó en corto el meta alemán a los pies de un Isak que no falló. Lo curioso del gol es que Willian José esperaba en la banda para sustituir al sueco cuando acabara la jugada. A Isak le dio el tiempo justo de celebrar su primer gol en Anoeta antes de irse al banquillo. Y nuevo partido a falta de 25 minutos porque el gol reactivó a los donostiarras. Un mal despeje de Jordi Alba estuvo a punto de costar el 3-2 en una jugada embarullada en la que Ter Stegen compensó su error anterior.
Valverde sacó a Aleñá y Semedo buscando frenar el ímpetu de los realistas a falta de un cuarto de hora. La emoción no desapareció hasta el final, incluido un posible penalti de Llorente sobre Piqué, pero el resultado no se movió y el Barcelona puede perder el liderato antes de llegar al Clásico.