“La urgencia es un reto para todos los médicos, independientemente de la especialidad que tengan”, sostuvo el doctor y miembro de la Sociedad Mexicana de Medicina de Urgencias, Carlos A. García Rosas, al presentar el Manual en Medicina de Urgencia ante estudiantes en la Feria Universitaria del Libro (FUL 2018), que organiza la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) en el Polifórum “Carlos Martínez Balmori.
En el auditorio Josefina García Quintanar, el autor expuso que ese trata de una herramienta en la que están compilados los casos más usuales que se presentan en las salas de urgencias, acompañados de diversos auxiliares diagnósticos para que los médicos tomen una decisión acertada ante las urgencias médicas o traumáticas con las que llegan los pacientes. Es por ello que su objetivo principal, es ser un instrumento de utilidad práctica que proporcione información en poco tiempo para determinar el mejor manejo del enfermo.
Señaló que es obligación del sistema de salud dar una atención y medicina de calidad, sin embargo, esto se complica cuando existe una gran demanda. Actualmente en México se dan 100 mil consultas diarias en los servicios de salud y 40 millones de las mismas al año, de ahí la importancia de un libro como éste. “El manual cubre un espacio en cuanto a medicina de urgencia, pues existen muy pocos libros sobre este tema; tenemos libros de otros países, pero que no tocan temas cotidianos que se ven en México”, subrayó.
De acuerdo con el médico, la principal causa de muerte en México son los infartos, sin embargo, solamente entre el 27 y 30 por ciento recibe terapia adecuada. Además, un diabético es tres veces más candidato a sufrir cardiopatía, que quien no es diabético. “Cada vez hay más pacientes que llegan a consultorio infartados, los médicos no se dan cuenta, los mandan a su casa y fallecen”. Justamente es la hipertensión, diabetes y obesidad los problemas que están matando a la población día a día, lo que se agrava con las complicaciones administrativas de los servicios de salud, como cuando no hay cama disponible, y mientras el paciente espera, fallece.
Asimismo, mencionó que muchos pacientes que llegan a urgencias son mayores de 60 años y con enfermedades crónicas, por lo que el médico debe elegir medicamentos que consideren esos aspectos. “Tenemos cada vez más pacientes geriátricos y no tenemos en urgencias expertos en Geriatría. Se debe ver qué medicamento le van a dar para no complicarle el problema”.
Refirió que en algunos casos de urgencia, es recomendable hacer una entrevista clínica al paciente y un electrocardiograma, pero en los lugares donde no se cuenta con el equipo requerido, se genera un retraso en la atención de la persona infartada. “En el manual tiene esos datos para tomar una decisión rápida”, dijo el especialista.
Editado por Corporativo Intermédica, el libro también toca el tema de tratamiento en caso de picaduras de los animales de ponzoña, como alacranes y arañas.
Ante el cuestionamiento de los asistentes sobre si es posible dividir el área de urgencias según distintas necesidades de los pacientes, el doctor respondió que el servicio médico público, ni el privado, cuentan con el recurso para fragmentar a la sala de urgencias en distintas subespecialidades, a fin de que el paciente tenga una mejor atención. “Debemos estar preparados para resolver en general las patologías a las que nos vamos a enfrentar”.
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