La serpiente multicolor abandonó Andalucía para adentrarse en la Región de Murcia. En la sexta etapa esperaba una jornada de 155 kilómetros propicia para los velocistas. Parecía muy complicado que una fuga llegase con éxito a la meta de San Javier. El viento aparecía señalado por los favoritos como el principal rival. Asustaban los cortes, no se equivocaron.
Quienes no se asustaron lo más mínimo fueron Luis Ángel Maté, Jorge Cubero y Richie Porte. El australiano, de ‘vacaciones’ en la Vuelta, quiso testarse con un ‘entrenamiento de competición’ en esta sexta jornada. El líder del BMC, que el curso que viene compartirá liderazgo con Bauke Mollema en el Trek-Segafredo, decidió coger la fuga para probar sus piernas en una sesión con fuego real.
La serpiente multicolor abandonó Andalucía para adentrarse en la Región de Murcia. En la sexta etapa esperaba una jornada de 155 kilómetros propicia para los velocistas. Parecía muy complicado que una fuga llegase con éxito a la meta de San Javier. El viento aparecía señalado por los favoritos como el principal rival. Asustaban los cortes, no se equivocaron.Quienes no se asustaron lo más mínimo fueron Luis Ángel Maté, Jorge Cubero y Richie Porte. El australiano, de ‘vacaciones’ en la Vuelta, quiso testarse con un ‘entrenamiento de competición’ en esta sexta jornada. El líder del BMC, que el curso que viene compartirá liderazgo con Bauke Mollema en el Trek-Segafredo, decidió coger la fuga para probar sus piernas en una sesión con fuego real.Quería comprobar en qué punto está su recuperación tras la caída del Tour y los problemas del estómago vividos en la previa de la ronda española. Desde su formación aseguran que lo intentará de nuevo en la última semana, en alguna jornada montañosa donde incluso buscará luchar por una victoria parcial.
En compañía del ‘Lince’ y de Cubero, el ‘aussie’ chupó cámara camino de San Javier. Destacar, una jornada más, la presencia de Maté, que tan sólo se tomó ‘descanso’ en la etapa del miércoles. Y también el ahínco del Burgos BH, que no parece un debutante. Los burgaleses están teniendo protagonismo casi todos los días y todavía no han ‘quemado’ las bazas de Bol o Rubio, guerrilleros de referencia.
Cubero, el más insistente antes del caos
La etapa transcurrió sin más noticias que un pinchazo de Valverde, que lo solventó sin problemas y un inoportuno choque con unos bolardos en la localidad de La Unión, donde Felline fue el peor parado. A falta de 32 km, Cubero despegó a sus dos compañeros de ruta y se soltó en solitario. Impagables minutos de televisión para un patrocinador que lleva mucho tiempo apoyando el ciclismo pero que ha sido en este 2018 cuando su equipo está conociendo la élite.
Los nervios comenzaron a aflorar según se acercaba la línea de meta. Y entonces, a falta de 20, estalló todo. El viento hizo estragos. Kelderman, cuarto el año pasado, tuvo un problema mecánico que provocó que se cortase. El tiempo perdido (más de dos minutos) en meta incluso podría dejarle sin opciones de pelear por el rojo. El que no estuvo atento fue Pinot, a quien una mala colocación le sacó del grupo cabecero y le hizo perder más de dos minutos. Su compañero Molard, que mantiene el liderato, sí estuvo donde tenía que estar.
En el grupo definitivo, peleando por la victoria, estaban los campeones de Italia, de Europa y del mundo. Aunque el triunfo fue para Nacer Bouhanni, quien había tenido que desmentir en la previa un supuesto enfado con su director. El francés del Cofidis ahuyentó los fantasmas con un nuevo triunfo en la Vuelta a España. El tercero en su carrera tras los dos obtenidos en 2014.
Del ‘Bala’ a Pozo Alcón
En la meta, decenas de aficionados esperan a Alejandro Valverde. El héroe local llegó a su región ataviado con el maillot blanco de la combinada y metido en el Top 5 de la clasificación general. Todos los aplausos fueron para él.
Este viernes espera una etapa de 185,7 km entre Puerto Lumbreras y Pozo Alcón. El pelotón se alejará del mar y pasará por dos puertos puntuables (Collado de Laude, en el kilómetro 117, y Alto de Ceal, en el 173). Se subirán hasta los 886 metros de altura en la meta de Pozo Alcón, situada en ascenso. El trazado dará chance a los aventureros, porque todo hace indicar que el pelotón dejará hacer antes de llegar a una meta inédita.