Un Betis sin Guardado anula al Atlético de Madrid

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Hidalgo Sport. Marca. – El Atlético de Madrid cedió este domingo un empate sin goles en el Wanda Metropolitano ante un Betis que pareció más cerca del triunfo con su orden y osadía. El encuentro, correspondiente a la trigesimocuarta jornada de LaLiga española, trajo un atractivo duelo entre dos de los mejores equipos de la temporada y no defraudó.
El campeonato es tan largo que ha dado para esto: para que el Betis presuma de las jornadas que lleva sin encajar un gol. El equipo divertido pero vulnerable del arranque ha derivado en equipo serio y fiable, lo que por otra parte tiene a su gente la mar de contenta. A estas alturas no hay hincha verdiblanco que haga ascos a una victoria por la mínima. O a un empate en el Metropolitano, si se tercia. A cero, además. Las derrotas con dianas de todos los colores ya no sientan tan bien. Así que, como enésima demostración de que el fútbol es puñetero, el éxito de Setién se corresponde de algún modo con el éxito de Simeone. Y, por mucho que se hable, no hay más que hablar. Al Atlético tampoco le alteran el pulso las tablas, como muestra la alineación del propio Cholo. Que, partido a partido, se había ido al de Londres ya.
Remontándonos al primer acto, alguien debería explicar a los jugadores del Atlético que el final lo decreta el árbitro, que no ellos. En 45 minutos no habían concedido una sola oportunidad digna de tal nombre, pero en los tres de prolongación permitieron probar suerte a Boudebouz y Javi García, estrellándose el primero con Oblak, marchándose algo desviada la del segundo. Había envidado Simeone con tres centrales a los tres centrales de Setién, pero ese añadido sembró todas las dudas del mundo sobre el dibujo que, con Godín, Giménez y Lucas en el eje, volvía a perfilar a Saúl como lateral izquierdo.
La explicación de que el descanso tardara en llegar, a todo esto, pasa por la lesión de Dani Giménez, que se lastimó despejando una pelota sin oposición alguna. Con Adán fuera de combate el Betis tuvo que tirar de Pedro López, aunque su rival no se dio por aludido. Conviene probar al portero nuevo, por si no sale de calidad, pero el Atlético se hizo el longuis. Aquella de Saúl al travesaño, un cabezazo del propio Saúl que se marchó desviado… y a otra cosa. El canterano rojiblanco se rebela contra los partidos que se escapan, pero a estas alturas no encuentra demasiados aliados en el empeño. El canterano verdiblanco, por su parte, puede presumir de haber salido indemne de todo un Metropolitano.
El partido era lo que hace tiempo se venía en llamar un toma y daca, maravillosa expresión, en el que se atenían al guion tanto la posesión del Betis como el hecho de que el Atlético resultara más vertical. Impreciso, pero vertical. Hay quien insiste en que este equipo podría jugar mucho mejor con los jugadores que tiene, hay quien considera más bien lo contrario: con alguno de los jugadores que tiene, lo raro es le dé para estar segundo. Para gustos, ya se sabe, los colores. En todo caso esta crónica se apunta desde ya a la segunda posibilidad y señala a Simeone en cuanto haya que repartir méritos.
Desde el banquillo contemplaban los acontecimientos Koke y Griezmann, último reducto del talento rojiblanco. Tardaron en aparecer en lo que continuaba el intercambio de golpes inofensivos, ahora Vitolo que la pega mal, ahora Javi García que ni siquiera llega a pegarla, y a la que aparecieron demostraron que tampoco iban a ser ellos los que se empeñaran en alterar un rumbo inalterable, el que conducía el partido hacia el empate sin goles Porque si Tello topó con el palo, escrito quedó hace unos párrafos que a Saúl le sucedió más de lo mismo. El Betis resultaba mucho más estético, sí, pero la estética sigue sin subir al marcador. A última hora se organizó una tangana que el colegiado resolvió con cuatro tarjetas del tirón: fue, posiblemente, lo más divertido de la noche.

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