Hidalgo Sport. Francisco Lozada.- Un gol en tiempo de compensación fue suficiente, pero no convincente para que los Tuzos se levantaran con un triunfo por la mínima diferencia, sobre un Veracruz que vino al estadio Hidalgo a jugar abierto, en busca de las tres unidades.
Una vez más y aunque resulte repetitivo, el Pachuca no termina de convencer a sus propios seguidores y si mantiene el invicto en casa, es porque los rivales no han tenido la fórmula o la suerte para quitarle este privilegio.
Parece mentira que después de la salida de Rodolfo Pizarro el equipo haya perdido la fisonomía, la personalidad y agresividad ofensiva, que marcaba una diferencia sobre sus rivales, porque un jugador es importante, pero no determinante en una transformación tan drástica.
Si en algo se caracteriza el futbol, es por las constantes rotaciones que hay en los planteles, ya sea por ventas, lesiones y otras circunstancias, de ahí que no nos atrevemos a pensar que este sea el motivo que vino a la baja.
Afortunadamente, la combinación de resultados en la punta de la tabla ha sido favorable para los pupilos de Diego Alonso y gracias a ello se mantienen de momento en tercera posición, con diferencia de dos puntos y goles, con Tijuana y Toluca, también.
Sin embargo, esto no puede ser un aliciente o una esperanza, para llegar a la liguilla, sino por el pobre futbol que viene ofreciendo; pues en primera no se sabe si se mantendrá o le alcanzará para llegar y en caso de que así fuera, con qué pelearía para aspirar al título.
Lo que sí es cierto, es que los comentarios de los analistas y de los mismos aficionados coinciden en que debe haber un cambio en el sistema, en el planteamiento y en la misma disposición de los mismos jugadores, que han caído en un hartazgo.
Al respecto, debemos aclarar la irregularidad en que ha caído el Clausura 2017, porque se terminaron los equipos favoritos, porque quienes luchan en la porcentual se han convertido en los principales adversarios, aunque tampoco se debe tomar como un pretexto en casa.