Hidalgo Sport, ESPN.- La estatura no le favorecía; el alcance de las piernas rivales apenas le permitía acercarse. María del Rosario Espinoza fue valiente, propositiva, pero aún con ello tuvo que conformarse con la medalla de plata en Río 2016.
El primer episodio culminó como empate sin unidades, en gran medida impulsado por el mutuo respeto que se respiraba sobre el tatami; para el segundo capítulo, un fugaz intercambio le puso en desventaja.
Consciente de que había mucho por escribir, la nacida en Sinaloa no desesperó, y apostó por la diferencia mínima para ir en busca de la remontada en los últimos dos minutos; sin embargo, no lo logró.
Sólo 120 segundos le separaban del oro, y un intento de patada giratoria lució como su principal apuesta; la precisión falló, y el reloj terminó por pasarle factura. El segundo puesto fue ineludible.
Al final cayó por 1-5, pero vendió caro el resultado a Zheng Shuyin, quien sudó la gota gorda para arrancar el oro de las manos mexicanas; orgullosa, María bajó del área, con el título olímpico a sólo un paso y ya consagrada como la máxima medallista en la historia nacional.