Hidalgo Sport. ESPN.- Islandia escribió en Niza la más bella gesta de la Eurocopa, un milagro basado en la fe y el coraje, pero también en el buen juego, con el que fue capaz de derrotar a toda una selección inglesa, que acabó desquiciada, y de prolongar su epopeya hasta los cuartos de final, donde se encontrará con Francia.
Lo que parecía una anécdota, la clasificación islandesa para una fase final por primera vez en su historia, ha ido creciendo hasta convertirse en una de las mayores sorpresas del fútbol mundial.
Una lección sobre cómo la ausencia de complejos puede acabar con las supuestas diferencias de calidad. Islandia demostró a Inglaterra que no le alcanza ni con la tradición ni con la chequera y el equipo de Roy Hodgson, que no seguirá en el cargo, se va de la competición por la puerta de atrás, en medio de una gran crisis y con un futuro incierto.
La imprudencia islandesa, tan capaz de lo bueno como de inocentes errores, propició, además, un divertido espectáculo. Puede que no un gran partido de fútbol, pero sí un atractivo duelo, entre un equipo que se sentía superior y no sabía cómo demostrarlo y otro muy inferior que estaba ante la ocasión de su historia. Y sabía cómo aprovecharla.
Inglaterra se vio con ventaja nada más comenzar, por una mala salida del meta Hannes Halldorsson a un balón cruzado hacia Raheem Sterling. Derribó al delantero del City y Wayne Rooney, que este lunes igualó a David Beckham en ocasiones portando el brazalete de los “pross” (115), no falló el penalti.
Cuatro minutos y el partido parecía sentenciado. Pero esta selección islandesa nunca se rinde. Defiende con coraje, disputa con fiereza cada balón y, en ataque, le vale cualquier llegada al área.
ITALIA ELIMINÓ A ESPAÑA
Italia mandó a casa a la campeona. Al cabo de 22 años de la última vez que la derrotó en un partido oficial y tras haber sufrido en primera persona la tiranía de la mejor España de la historia, la escuadra azzurra disfrutó el dulce sabor de la venganza con una victoria incontestable.
Le bastó con un gol de Chiellini poco después de la media hora y le sobró tras un partido inconmensurable, en el que los hombres de Antonio Conte hicieron buena la máxima de su entrenador: el grupo, la entrega, la solidaridad y la fe por encima de todo.
Eso y, desde luego, una maravillosa lección táctica con que el entrenador italiano obsequió a quien sospechase o anunciase a priori que el catenaccio iba a ser la razón de ser de la azzurra en Saint-Denis.
Sorprendida por una intensa lluvia y una salida atrevida y ambiciosa de la selección italiana, España sufrió, y de qué manera, en los primeros minutos, encomendándose a un De Gea espectacular para sacar una mano milagrosa al cabezazo de Pellè primero y a la chilena de Giaccherini después, aunque la jugada ya había sido invalidada.
La incomodidad de la campeona se reflejaba en el rostro de sus medios, con Iniesta desasistido y muy marcado, Busquets demasiado exigido y la defensa, presionada hasta la asfixia, no pudiendo sacar el balón con ninguna comodidad.