Hidalgo Sport. Francisco Lozada.- Evitar la “eternización” de algunos dirigentes del deporte es uno de los objetivos que tiene la Comisión Nacional del Deporte (CONADE) dentro de su nueva política, para no crear mañas, compromisos, grupos y mafia.
En mucho de esto hay razones bien fundamentadas, entre federaciones y asociaciones deportivas, cuando sus presidentes lo toman como un negocio o modus vivendi, sin demostrar mayor interés de crecimiento y mucho menos de resultados.
Sobre el desconocimiento que pretende la CONADE de algunas federaciones, es preciso analizar, quiénes han caído en esta anomalía, así como quiénes han desviado recursos o cometido alguna infracción.
Una vez conocidas y fundamentadas sus irregularidades, y antes de desconocerlas (sin tener el mínimo derecho CONADE), deben sentarse con los inculpados, para exponer su situación y llegar a un acuerdo, sino hay que seguir de oficio alguna irregularidad, para darles una posible solución.
Desconocer a la ligera a las federaciones acarrearía un problema nacional, porque las asociaciones estatales también quedarían desconocidas en automático, ya que son quienes conforman a las federaciones.
Habrá quienes también tengan 15 o 20 años como presidentes, pero habrá también que analizar sus resultados en todos sus niveles, porque esta será su calificación para darles continuidad o convocar a elecciones, como primer paso.
Como ejemplo, en Hidalgo, hay una asociación (Olimpiadas Especiales), con Elizabeth Sánchez, con más de 20 años al frente, pero con una labor ejemplar, resultados (los mejores a nivel estatal, nacional e internacional), con una estrecha relación y reconocimiento de las autoridades en sus tres niveles, a quien le diríamos “no te vayas Elizabeth”.
Son contadas las instituciones que trabajan de esta manera, pero así como se detectan a quienes viven del deporte, también hay quienes se entregan en cuerpo y alma y sino, también habría que preguntarle a Adolfo Contreras, quien ha llevado este deporte cuando menos a 15 municipios, con más de 200 afiliados, en una promoción digna y ejemplar. Honor a quien honor merece.