Hidalgo Sport. ESPN.- En algunos países occidentales, el 13 es visto como un número de la mala suerte, de malos augurios. Inclusive en ciertos hoteles se evita utilizar el piso 13 para huéspedes, lo mismo que en los vuelos comerciales no existe el asiento 13. Solo es una superstición sin duda, pero para un par de equipos mexicanos, el 13 se convirtió en una pesadilla que nunca podrán olvidar.
Dos de las escuadras mexicanas más importantes en cuanto a éxitos deportivos y arrastre popular vivieron un terrorífico 2013, año en el que el fracaso se convirtió en su hábitat natural. Se trata de Chivas y Pumas, que tras un año de descalabros, una nube negra llamada descenso se posó sobre ellos.
Tapatíos y capitalinos tienen un enemigo en común. El odiado rival, América, con un año lleno de celebraciones, le ofreció a sus aficionados los motivos suficientes para mofarse con júbilo de la desgracia de sus antagonistas, quienes con el orgullo ensangrentado debieron resistir estoicos a la espera de que con el nuevo año, la suerte de sus queridos equipos cambie de manera radical.
Basta citar una cifra para entender el tamaño de la crisis que vivió el Rebaño en el año que fenece, de 34 encuentros disputados en la Liga MX, tan solo consiguió la ridícula cantidad de cinco victorias, una estadística que cala hasta los huesos de los aficionados rojiblancos, quienes padecieron con las 16 derrotas acumuladas en los dos torneos.
Benjamín Galindo arrancó como estratega el Clausura 2013 tras el rompimiento con el proyecto holandés encabezado por Johan Cruyff. Con el zacatecano, Chivas finalizó la fase regular en el sitio 17, con solo tres triunfos, por siete empates y mismo número de derrotas. Jorge Vergara, en una situación atípica, mostró paciencia y ratificó al “Maestro” para el Apertura 2013, pero la liga se reventó pronto, pues una derrota en casa ante Puebla provocó que el verdugo accionara la guillotina en la sexta jornada.
El encargado de asumir la responsabilidad de volver a la vida al “zombie rojiblanco” fue Juan Carlos Ortega, pero el paquete resultó muy pesado y no lo pudo levantar. Con Ortega, Chivas solo consiguió un triunfo en 11 jornadas y fue justamente ante Pumas, otro equipo que se encontraba en fase terminal. Al concluir el certamen en el que se ubicaron hasta la posición 16, Ortega fue cesado y su sitio es ocupado por un viejo conocido para la feligresía rojiblanca, José Luis Real.
Para los universitarios, el 2013 quizá no resultó tan dramático, pero tampoco lo podrán apuntar en la sección de éxitos en el libro histórico auriazul. Contrario a Chivas, Pumas si conoció el sabor que deja disputar una liguilla, pues en el Clausura alcanzó un sitio en la postemporada con Antonio Torres Servín en el banquillo, gracias al séptimo lugar que consiguió al finalizar la fase regular.
El boleto a la siguiente fase resultó la buena noticia, pero la mala nueva fue que debieron enfrentar al América en cuartos de final y con un imparable Chucho Benítez, pronto mandaron a los felinos de vacaciones.
Al finalizar la competencia, se optó por mantener a Torres Servín en su cargo para el Apertura 2013 y comenzó la pesadilla. Hasta la fecha ocho, Pumas no conocía la victoria y el vaso se derramó cuando América se metió al Olímpico Universitario para arrollar 4-1 a unos felinos sin rumbo. Explotó la bomba, ya no se podía resistir más y llegaron los cambios. Alberto García Aspe dejó su cargo como vicepresidente deportivo y Torres Servín se despidió de la banca universitaria. Los sustitutos, Mario Trejo a la oficina y José Luis Trejo a la cancha.
Los cambios no dieron resultado, con Trejo solo se consiguió una victoria (Monterrey), por cuatro empates y cuatro derrotas. Pero lo peor, lo más triste, Pumas finalizó el Apertura 2013 en la última posición de la tabla general.
Más allá del temor que existe por el número 13, lo que es una realidad concreta es que Chivas y Pumas vivieron un año atroz y que deberán olvidarlo pronto pues la oportunidad de levantar la cara llega muy pronto y si no quieren tener que lidiar con el fastidio de la lucha por el no descenso, más les vale comenzar a sumar desde la misma primera jornada del Clausura 2014.