Hidalgo Sport.- El Autódromo Hermanos Rodríguez reabrirá sus puertas a la Fórmula Uno 22 años después de la última edición del Gran Premio de México, que en sus dos primeras etapas dejó una serie de anécdotas a su paso, algunas de ellas casi inverosímiles y otras un tanto trágicas.
La edición inaugural se celebró en noviembre de 1962 y estuvo marcada por el accidente fatal de la promesa mexicana, Ricardo Rodríguez. Pese a que la carrera no era puntuable para el Campeonato Mundial, el piloto capitalino insistió en participar y lo hizo a bordo de un Lotus, ya que su equipo Ferrari decidió no tomar parte en el evento.
Después de un inicio alentador en la primera sesión de prácticas, el menor de los hermanos Rodríguez falleció al estrellarse contra el muro de contención de la curva peraltada del autódromo de la Magdalena Mixhuca.
A pesar del fallecimiento del ídolo local, la carrera se llevó a cabo el domingo 4 de noviembre como estaba programada. Los vencedores fueron los británicos Jim Clark y Trevor Taylor (Lotus), quienes compartieron un mismo monoplaza luego de la descalificación temprana del auto de Clark.
Tras la muerte de Ricardo Rodríguez, su hermano Pedro tomó la estafeta y se convirtió en la nueva figura mexicana en la F1. El mayor de la dinastía participó en todos los Grandes Premios de México desde 1963 hasta 1970, y fue el único piloto local que sumó puntos en el circuito capitalino.
Pedro logró su mejor actuación en la edición de 1964, cuando a bordo de un BRM remontó de la posición 12 hasta el cuarto lugar. Además, terminó otras tres veces en la zona de puntos.
En contraste, su contemporáneo Moisés Solana sólo acabó la carrera en dos de sus seis participaciones. El primer periodo del Gran Premio de México tuvo un final que rayó en lo ridículo.
Durante la edición de 1970, el público sobrepasó las “medidas” de seguridad de los organizadores e invadió el talud que rodeaba a la pista. Con los aficionados expuestos al peligro de cualquier accidente y pese al rechazo incial de los pilotos a correr en estas condiciones, la carrera se realizó.
La prueba culminó sin percances fatales, pero los problemas de seguridad significaron el primer fin del Gran Premio de México y la despedida de Pedro Rodríguez ante el público mexicano, pues al año siguiente sufriría el mismo destino que su hermano en una carrera en Alemania.
Que un perro se cruzara a media carrera y dejara fuera de competencia al entonces campeón mundial, Jackie Stewart, tampoco ayudó a la imagen dejada por los organizadores, mas la Fórmula Uno tenía otro capítulo resevado para el trazado mexicano.
Pasaron 16 años para que el “Gran Circo” regresara a México y en su vuelta ningún piloto local corrió un F1 sobre la pista del autódromo que hoy lleva el nombre de los Hermanos Rodríguez.
El escenario quedó reservado para extranjeros a partir de 1986 hasta 1992, entre ellos un par de campeones del mundo: Ayrton Senna y Alain Prost. La rivalidad entre el francés y el brasileño fue presenciada de primera mano por la afición mexicana, sobre todo durante las ediciones de 1988 y 1989.
Senna se unió al equipo McLaren-Honda en 1988 y desplazó a Prost al segundo plano al ganarle el primer lugar en siete de las 10 carreras donde hicieron el 1-2. No obstante, de las pocas victorias que el francés le arrebató al brasileño, una fue en la Ciudad México.
Un año más tarde, Senna se cobró revancha al derrotar a Prost en la capital mexicana por una ventaja mínima de 897 milésimas, aunque esta vez el ganador del campeonato fue el piloto galo, que para la siguiente campaña dejó a McLaren y recaló en Ferrari.
Ya con la escudería italiana, Prost ganó otra vez la carrera y concretó su mejor actuación en el circuito mexicano al remontar desde la posición 13 hasta la cima del podio. Por su parte, Senna no terminó la prueba por un problema en una llanta de su McLaren.
Senna apareció de nuevo en el podio al cosechar el tercer lugar en 1991, justo una temporada antes de que México dijera de nuevo adiós a la Máxima Categoría del automovilismo.
El último ganador fue el británico Nigel Mansell (Williams), quien ya había triunfado en la edición de 1987 por delante de su compañero de escudería Nelson Piquet.
Sumadas las dos etapas, Jim Clark es el piloto que más victorias obtuvo en suelo mexicano. El británico se coronó tres veces como integrante de Lotus (1962, 1963 y 1967), que a su vez suma la mayor cantidad de triunfos para una escudería en la historia de la carrera, con cuatro.
Otros que lo ganaron fueron Nigel Mansell (dos con Williams), Graham Hill (Lotus), Dan Gurney (Brabham-Climax), Richie Ginther (Honda), John Surtees (Cooper-Maserati), Denny Hulme (McLaren-Ford) y Gerhard Berger (Benetton-BMW).
La Fórmula Uno retornará una vez más al autódromo capitalino en la temporada 2014 y las miradas estarán sobre Sergio “Checo” Pérez y Esteban Gutiérrez, quienes llegarán para recoger la herencia dejada por los hermanos Rodríguez hace 43 años.