Hidalgo Sport. AP.- Antonio Castro, hijo del ex líder cubano Fidel Castro, se ha planteado un desafío más modesto que la revolución cubana, pero no por ello menos importante: lograr que el beisbol, en alianza con el softbol, sea reincorporado como deporte olímpico a partir de los Juegos de 2020.
Castro es un alto directivo de la Confederación Mundial de Beisbol y Softbol (WBSC por sus siglas en inglés) y se encuentra en Buenos Aires para convencer a los miembros del Comité Olímpico Internacional que definirán el domingo si este deporte, el squash o la lucha vuelven a ser incluidos en el programa olímpico
Ambas disciplinas quedaron fuera del programa olímpico desde 2008, y se fusionaron en una misma confederación para presentar una candidatura para 2020.
“La tarea es conversar y tratar de convencer a los miembros del COI. El mensaje al mundo entero es que nuestro deporte debe formar parte del programa olímpico”, dijo Castro el jueves en diálogo con AP durante un receso de un cónclave de la WBSC en un hotel en el centro de Buenos Aires.
Castro hijo, que jugó beisbol en la universidad, consideró que el beisbol-softbol se destaca sobre sus dos competidores porque “es el deporte con más potencial de desarrollo de los que están fuera del programa olímpico”.
“Un deporte como el nuestro, que lo practican más de 65 millones de personas en el mundo, más de 4 millones de niños lo practican, con más de 140 federaciones, más de 140 países a los que se transmite por televisión, le puede añadir muchos valores al programa olímpico”, opinó Castro, con un guante de beisbol en la mano.
La confederación propone para los Juegos de 2020 eventos separados del béisbol en rama masculina y softbol en la femenina de ocho equipos cada uno, con torneos de seis días uno tras otro.
El mayor obstáculo de la puja es la falta de garantías para la presencia de jugadores de Grandes Ligas. El comisionado de las mayores, Bud Selig, ha dicho que la temporada no se detendrá para que los jugadores participen en las olimpiadas, pero la Confederación señala que hay mucho tiempo aún para las negociaciones —siete años— en caso que gane en la votación.
Castro evitó especular sobre este punto y apuntó que más allá del objetivo olímpico “nuestro trabajo es tratar de globalizarlo. Nuestro lema es “béisbol-sóftbol global”. Queremos que sea un deporte que se practique en muchos más países, en regiones en las que todavía no está muy desarrollado como África, Asia o Sudamérica”.
La disputa con la lucha y el squash se vislumbra muy pareja, admitió Castro.
“El tema es complejo y difícil, somos optimistas pero también realistas. Los tres deportes que están compitiendo tienen las mismas opciones, los tres tienen el mismo derecho y han trabajo duro para poder estar en los juegos”, dijo Castro, que evitó pronunciarse sobre otros temas extradeportivos vinculados con Cuba.
“Mi padre está muy bien”, respondió con una sonrisa ante de despedirse.