Hidalgo Sport. Medio Tiempo.- Con más corazón que otra cosa, Atlas rescató un milagroso empate a uno ante Pachuca, luego de que de manera agónica, Vicente Matías Vuoso anotó en en tiempo de compensación.
Atlas estaba prácticamente derrotado con el gol de Pachuca anotado por Fernando Cavenaghi, pero una intensa lluvia que cayó en el Jalisco acompañó a sus Zorros para apagar momentáneamente el fuego que actualmente viven tras un mal inicio de torneo.
Las acciones comenzaron en la cancha de Jalisco con un Atlas que trató de imponer sus condiciones a través de la dinámica que le dio un equipo rápido mediante la inclusión de varios jóvenes, esto, debido a las lesiones que invaden al plantel, así como el bajo nivel de otros elementos.
El juvenil Carlos Nava tuvo una destacada actuación como volante por derecha, mientras que Mario Rodríguez debutó en el Máximo Circuito y Daniel Cisneros jugó primer partido en Liga con los Zorros.
El partido comenzó flojo, por lo que fue hasta el 17′ cuando la primera aproximación de peligro se dio con Vicente Matías Vuoso, quien remató un tiro de esquina que el “Conejo” Pérez sacó de la línea. El grito de gol quedó sofocado en el Jalisco. Al 20′, otra vez el “Toro” erró ante el arco tuzo.
Transcurría el tiempo y Pachuca intentaba hacerse de la pelota, abrir la cancha con Duvier Riascos y Jürgen Damm, sin embargo, fueron ineficaces al pisar la última zona. En un desborde del joven volante ex de Tecos, Fernando Cavenaghi estuvo cerca de marcar, pero Giovanni León llegó para desviar a tiempo la trayectoria de la pelota.
Nuevamente los Zorros fallaron, pero en esta ocasión fue Omar Bravo al 30′, quien de cabeza conectó el balón al entrar solo al área tras un desborde del juvenil Nava. La gente se desesperaba, el gol que le daba la ventaja a los locales no llegaba, a pesar de que tocaban la puerta.
Al minuto 36′ una nueva mala noticia de dio para el cuadro de Omar Asad, pues el chileno Rodrigo Millar abandonó el partido lesionado; en su lugar entró Edson Rivera.
Con unos Tuzos que al menos en la primar mitad fueron inoperantes, y un Atlas que daba su mejor tiempo desde la llegada de Omar Asad al banquillo, se fueron 0-0 al descanso.
Para el segundo tiempo el trámite fue totalmente distinto y los pupilos de Gabriel Caballero hicieron valer la jerarquía de su plantel, ya que inclinaron la balanza a su beneficio.
Al 52′ llegó el presagio del gol tuzo, luego de que Riascos y Pizarro fallaron en un par de ocasiones, pero el Zorro quiso salir respondón.
Al 58′, el silbante Erim Ramírez le anuló un gol a Omar Bravo argumentando fuera de lugar, siendo una acción en la que el atacante partió de buena posición para rematar de cabeza. Ante esta impotencia, Atlas se cayó y Pachuca vio la luz
Los Tuzos silenciaron el Jalisco al minuto 60, cuando Daniel Ludueña le filtró una pelota a Rodolfo Pizarro, quien inteligentemente cedió para el argentino Fernando Cavenaghi, elemento que se acomodó para marcar el 0-1 que abría al marcador.
Tras el gol de Pachuca, los Tuzos manejaron la pelota, buscaban “matar” al Atlas, pero Miguel Pinto salvó a su escuadra en un par de ocasiones. Por los Zorros, la respuesta de la banca se dio con el juvenil Manuel Correa, otro debut más de Asad, el cuarto; sin embargo, poco pudo desequilibrar.
Una torrencial lluvia comenzó a caer sobre la cancha del Estadio Jalisco, en donde Atlas, desbocado por conseguir el empate y apoyado por su afición, quien entonaba al unísono “vamos rojinegros que esta noche tenemos que ganar”, logró hacer lo que parecía algo imposible: arrancarle el punto al Pachuca.
El árbitro añadió cinco minutos, siendo el escenario perfecto para un gol que vale oro para los tapatíos, ya que al 94′, Vicente Matías Vuoso anotó de media vuelta al recibir la pelota dentro del área para marcar el 1-1 definitivo en un final cardíaco, mismo que se vio reflejado en el estratega Omar Asad, quien aventó su saco en un festejo efusivo.
Con este empate, si bien Atlas aún no lograr en el Apertura 2013, si da un respiro momentáneo al proyecto del “Turco”. Por su parte, los Tuzos se deberán ir con impotencia de Guadalajara, ya que se quedaron a segundos de obtener una valiosa victoria de visitante.