Con lágrimas en los ojos, Karla Santamarina nos cuenta el infierno que vive al no tener al menor de sus hijos, Matías, de 4, quien fue retenido por su padre, el delantero del equipo Monarcas de Morelia, Héctor Mancilla, de 32, y hoy ruega porque la ayuden a que su pequeño regrese con ella y su hermano Jonathan, de 8.
-Karla, ¿cómo conociste a Héctor?
“En 2004, cuando vino de Chile a arreglar su contrato para vivir en México; fue en una fiesta. Él estuvo aquí un tiempo y ese mismo año tuvimos a Jonathan, pero se regresó a Chile y teníamos una relación a distancia”.
-¿Se hizo cargo de su hijo?
“No podíamos tener estabilidad pues él vivía allá, luego se vino a México con el equipo Veracruz, en 2006, y nos fuimos a vivir con él. Después, en 2008, tuvimos a Matías, en ese entonces la relación iba bien y vivíamos en unión libre, hasta 2009, que nos casamos por la Iglesia, pero no por lo civil”.
Y continuó: “Para entonces estábamos en Toluca, donde jugaba, y en 2010 me fue infiel, nos separamos y lo demandé por pensión. Gané la guarda y custodia de los niños”.
-¿Cómo te enteraste de que te fue infiel?
“A pesar de todo, manteníamos una relación hasta 2012. Él se fue a jugar a Monterrey (en Tigres), pero no quise irme allá por problemas que había, sin embargo, Héctor venía cada 15 días y teníamos intimidad, aunque lo notaba raro. Después supe que el 31 de marzo de ese año se casó con otra: Estefanía Caballero”.
-¿Y cómo te diste cuenta?
“Por Internet, en los medios no salió, porque lo quería ocultar, y pidieron a sus invitados no publicar fotos, aunque alguien sí lo hizo. Me enteré, pero esperé un mes (a mayo de 2012) para decirle y empezar con el proceso de la demanda de la pensión alimenticia; le exigí lo que corresponde y también una casa”.
-¿En ese momento se lo comentaste?
“Le dije que ya sabía que se había casado y obviamente lo negó todo, y me respondió que no era cierto. A partir de ahí empezaron los problemas más fuertes, me quitó la casa donde vivía en Toluca, porque estaba a su nombre, y comencé a rentar. Luego se calmaron las cosas y él se fue a vivir a Guadalajara (a jugar con el Atlas) ese mismo año. Un día me dijo que quería ver a los niños y viajé allá con nuestros hijos, pero no se los dejaba solo”.
¿Eso cuándo fue?
“Después de su segunda boda, en marzo (2012), yo fui en julio de vacaciones. Nos quedamos todos en un hotel e intentó regresar conmigo, aunque yo había decidido que no. Luego, en marzo de 2013, me dijo que fuera a Morelia (entró al equipo Monarcas) con los niños, y fui un día. Me pidió volver, pero no quise, porque sabía que seguía con la otra”.
-¿Regresaste y te siguió buscando?
“Así es, tanto, que en abril (el día 27) vino a mi cumpleaños en Toluca; me organizó una fiesta y hasta me llevó mariachis. El caso es que él estaba con esa y también quería estar conmigo, pero siempre había amenazas e insultos. Después, en junio, me vine a la Ciudad de México y renté un lugar para vivir”.
-¿Cumple con el convenio al que llegaron?
“A su manera, pues tengo que estar diciéndole que me de la pensión. Le exigí una casa, pues en Toluca rentábamos y aquí también, y no lo ha cumplido. Siempre puso pretextos, hasta que opté por llevar todo tranquilo y acepté prestarle a los niños”.
-¿Cada cuándo puede ver a sus hijos?
“Lo de las visitas no está estipulado, pero se manejó un acuerdo de palabra”.
-¿Cuándo fue la última vez que los vio?
“En abril (de 2013), y así pueden pasar 3 o más meses sin verlos, no se le ve interés o amor por ellos, sólo cuida lo económico”.
-¿Qué pasó la última ocasión en que te pidió estar con los pequeños?
“Me dijo que él también tenía derecho a estar con ellos y accedí a llevárselos. El 15 de julio pasado, acordamos que pasarían con su padre una semana”.
-¿Después qué sucedió?
“Mandó por ellos a las tiendas Outlet de Lerma (Estado de México), donde quedamos que se los iba a dar, pero Héctor no los recogió, sino que mandó a su mejor amigo de toda la vida por ellos, José, a quien conozco muy bien. Entonces, le dije: ‘por favor, cuando lleguen a Morelia me avisan’, y me dijo que no me preocupara, que Héctor le había encargado mucho a los niños, y me fui a mi casa encomendándoselos a Dios”.
-¿Te avisaron cuando llegaron?
“No. Yo tenía comunicación con Jonathan, mi hijo mayor, porque le di un celular y le pedí que me avisara cuando llegaran con su papá, y que si necesitaban algo, que hablara conmigo, porque si yo le llamaba a Héctor, él no me contestaba”.
-¿Cuándo pierdes comunicación con Héctor?
“El lunes 22 de julio hablé con Jonathan y me dijo: ‘mamá, te extraño, ya me quiero regresar, te extraño’, y sentía que el mundo se me venía encima. Después me pasó a Mati, estaba llore y llore, y me decía: ‘mamá, te extraño muchísimo, te quiero ver’; lloraba con sentimiento, lo conozco… (se le corta la voz)”.
-¿Qué le contestaste a tu niño?
“Me quedé callada unos segundos, porque empecé a llorar, pero no quería que él lo notara, tampoco lo quería angustiar, y le dije: ‘también te extraño mucho, pásatela bien, diviértete, pronto nos vamos a ver’. Pero él lloraba muchísimo (comienza a llorar). Fue la última vez que escuché a mi pequeño”.
-¿Y ellos se quejaron de su papá?
“Jonathan me llamó 3 veces, a las 3 de la mañana, para decirme que no podía dormir, y yo me preguntaba: ‘¿qué tan al pendiente está Héctor?’; o sea, el niño está despierto sin poder dormir, y el otro ni en cuenta. Me sentía desperada sin saber qué hacer, pero le decía que estuviera tranquilo”.
-¿Y cuándo te regresaron al mayor?
“Al siguiente día, Héctor me llamó, discutimos por una tontería, y luego me dijo: ‘Jonathan ya se quiere regresar’, y me lo mandó el martes 23, con su amigo José. Le pregunté por Mati, que cuándo me lo iba a devolver, y me dijo: ‘no sé cuándo te lo regrese’. Entonces le llamé y no tuve ninguna respuesta”.
-¿Te contestó en algún momento?
“El día siguiente (miércoles 24), por mensaje, le pedí hablar con mi hijo, y hasta el jueves 25 me dijo: ‘en la tarde hablas con él’, pero no llamó”.
-¿Luego qué sucedió?
“Empezaron las amenazas, y ese día, más tarde, me mandó un mensaje donde decía: ‘¿sabes qué?, de una vez te digo que a Mati no te lo voy a regresar”.
-¿Legalmente hiciste algo?
“Claro, levanté 2 denuncias, una ante la Procuraduría General de Justicia de Michoacán, pero no hicieron nada, y otra en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de ese estado”.
-¿Buscas hablar con el jugador?
“Sólo quiero que me regrese a mi hijo (se le quiebra la voz nuevamente). No deseo tener problemas con Héctor, nada. Extraño a Mati y quiero que esté conmigo”.
-¿Hasta dónde piensas llegar?
“Voy a llegar hasta lo último, el amor de una madre hace muchas cosas. Ya no sé si quiero llegar a un acuerdo”, finalizó.