Hidalgo Sport. Medio Tiempo.- Hay partidos que terminan antes de empezar. Este miércoles, cuando se anunciaron las alineaciones del Barça-Bayern quedó claro que lo que sucediera en la cancha sería una formalidad. Lionel Messi no arrancaría el partido. El argentino, absolutamente indispensable para un equipo culé que depende casi enteramente de él, no se había recuperado plenamente de su lesión y, sin él, cualquier esperanza era vana.
Y los 90 minutos sólo sirvieron para confirmar que el poderío alemán era, por mucho, superior al español, y con gol de Robben al 90′, autogol de Piqué al 72′ y el otro más de Müller al 76′ que acabó por decapitar a los culés, los bávaros terminaron por dejar el marcador global 0-7 a su favor y obtener el boleto a Wembley, donde disputarán el cetro de Europa ante el Borussia Dortmund el 25 de mayo.
Eso no quería decir sin embargo, que los blaugrana no salieran dispuestos a darlo todo en la cancha, simplemente que no iban a ser capaces de eliminar a un equipo claramente superior. Y lo intentaron, con las armas que les quedaban. Sin su estrella, y sin su mejor recuperador, Sergio Busquets, Tito Vilanova armó un once bastante desesperado, con el camerunés Song como único contención, Cesc de falso nueve y Villa como extremo izquierdo.
Del otro lado, Jupp Heynckes recuperó a Mandzukic, su centro delantero titular pero más allá de eso no hizo grandes cambios. Lo que sí es que planteó un esquema muy dinámico en el que el croata y Müller intercambiaban posiciones constantemente en la línea de ataque, apoyados por Robben y Ribéry, bien abiertos por las bandas. Además, al más puro estilo del mejor Barça de Pep Guardiola, los alemanes presionaban siempre desde la salida y no dejaban que Xavi e Iniesta tuvieran un segundo de comodidad con el balón.
Con esas condiciones era muy complicado para los locales, que tardaron unos veinte minutos en poder manejar la pelota con un poco de libertad. Cuando lo hicieron, generaron un par de oportunidades, un disparo de Pedro y una escapada de Alves, aunque sin demasiado peligro para Neuer. El Bayern, en cambio, se veía mucho más peligroso cada vez que desdoblaba al frente, aunque tampoco arriesgaba cuando no era necesario.
Y así se fueron los primeros 45 minutos, con unos blaugrana triste y sin imaginación y un Bayern jugando a medio gas. Sin Messi, los alemanes no tenían de qué preocuparse, porque, por lo menos esta temporada, cuando el argentino no está, Xavi no es Xavi, Iniesta no es Iniesta y el Barça no es el Barça. Se necesitaba su presencia, aunque fuera sólo en una pierna.
Pero lo que llegó fue el gol alemán. Tras un buen recorte sobre Adriano, Arjen Robben mandó un disparo cruzado que dejó sin oportunidad a Valdés. Fue la sentencia de un partido que, de por sí, no daba para mucho más sin el 10 del Barça.
Como tímida respuesta, Tito Vilanova mandó a la cancha a Alexis por Xavi y ese cambio simbolizó a este Barça. El símbolo en la parte baja de su carrera fue sustituido por un jugador que no tiene realmente la calidad para estar en el equipo.
Después, entró Thiago el sustituido fue Iniesta, que dio quizá su peor partido en años con el Barça. Como fuera, el significado el movimiento no pudo ser más claro. El Barcelona se había dado por vencido y había decidido morir sin luchar. Lo que quedaba era ganar la liga el fin de semana ante el Betis y tenían que guardar fuerzas.
Y entonces lo que había sido un duelo sin sangre se convirtió en un paseo a favor de los alemanes. Primero Piqué, en una jugada desafortunada e injusta con uno de los pocos jugadores que había mostrado sangre en el partido, y luego Müller sentenciaron a un Barcelona que dejó claro que, sin Messi, no tiene nada que hacer en la élite continental.