Hidalgo Sport. Francisco Lozada.- Después de la tormenta viene la calma; frase con mucho realismo y esto se puede pensar en el futuro del Pachuca, tras los pésimos torneos que ha tenido en los últimos años, aunados a la muerte del ídolo, Miguel Calero.
Lamentablemente, el Pachuca y todos los involucrados, han sufrido muchos sinsabores, aun cuando la directiva ha puesto el empeño necesario por mantener la imagen de un equipo triunfador y protagonista.
Las fuertes inversiones y el deseo de retomar la imagen de esos Tuzos, que pusieron en lo más alto a la institución y sobre todo el nombre del Pachuca, no han tenido la respuesta esperada.
A esto, viene el fallecimiento inesperado de un ícono no solo del Pachuca, sino de México, que sirvió para unir a la afición con el equipo no solo en su sede, sino entre los mismos comentaristas especializados, que coincidieron en elogiar a una directiva que hizo resurgir la Cuna del Futbol Mexicano.
Después de estas vivencias, vemos con grata satisfacción decisiones importantes, como cortar con Hugo Sánchez, nombrar a Gabriel Caballero como entrenador, darle la oportunidad y el compromiso a una persona reconocida y querida en casa.
Los resultados inmediatos, no los podemos garantizar, pero cuando menos, se están tomando medidas lógicas, que aunadas a las altas y bajas bien estudiadas, se espera el resurgimiento de unos Tuzos sufridos, que ya merecen un escaparate.
Sin adelantarnos a una transformación pronta y plena (porque no es fácil erradicar problemas o errores añejos), sí se presta para pensar que el Pachuca podría vivir una nueva etapa menos frustrante, como la de los últimos tres años.