Armstrong, Resultó Limpio en el 2001

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Hidalgo Sport. Medio Tiempo.- Martial Saugy, director del laboratorio antidopaje de Lausana, señaló en una entrevista que un control realizado a Lance Armstrong en 2001 había dado un resultado sospechoso, pero “nunca”, incluso en la actualidad, podría ser calificado de positivo por EPO.
Esa muestra, de la Vuelta a Suiza de 2001, es uno de los puntos que señala la Agencia Antidopaje Estadounidense (USADA) en el informe en el que inculpa a Lance Armstrong de haber montado el “sistema de dopaje más sofisticado en toda la historia del deporte”.
Sobre todo porque dos testimonios claves en este caso, los de Floyd Landis y Tyler Hamilton, ex compañeros de equipo de Armstrong, aseguraban que el propio ciclista se jactaba de haber escapado a un control positivo por eritropoyetina (EPO) realizado durante la Vuelta a Suiza de 2001.
“No hubo ningún positivo en la Vuelta a Suiza de 2001”, insiste Saugy.
Sin embargo fue su propio laboratorio el que había informado entonces de que había tres casos “sospechosos” de EPO; es decir, bordeando el umbral que determinaba los positivos en esa época, entre ellos uno de Armstrong, lo que se sabría más tarde.
Si la USADA en su informe indica que esta prueba podría ser considerada un positivo con los criterios actuales, menos conservadores, el científico opina de que este positivo no podría tener valor jurídico.
“Nunca se podrá defender este resultado como positivo, es imposible. Desde 2003, un procedimiento de calidad de los análisis obliga a tener en cuenta los riesgos de falsos positivos para verificar que la orina no ha sido modificada por la fisiología del corredor o degradada por una bacteria”, señaló Saugy de forma tajante.
“Esto no se hizo en aquella época y aquellas muestras de orina no existen, porque el reglamento no imponía su conservación”.
A comienzos de la década de 2000, el test para detectar la EPO había sido elaborado por François Lasne, en el laboratorio antidopaje de París, pero los dos primeros ciclistas que dieron positivo lo hicieron, por este método, en el de Lausana.
La decisión del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) de exculpar al danés Bo Hamburger (el primer caso de EPO que fue llevado a apelación) debido a que la probabilidad del positivo era insuficiente, incentivó a las federaciones y laboratorios a ser prudentes con estos procedimientos.
“Armstrong tuvo otro resultado sospechoso en la Dauphiné Liberé de 2002. La política de la UCI (Unión Ciclista Internacional) era, en caso de resultados anómalos y especialmente cuando eran corredores importantes, convocarlos y pedirles explicaciones. Era su enfoque de la prevención”, explicó Saugy sobre los criterios de la Federación internacional en la pasada década.
“La UCI me dijo a fines de junio de 2002 que había advertido a un corredor que tenía consigo un resultado sospechoso de 2001, que había dado otro resultado sospechoso con otro laboratorio y que les gustaría saber por qué método había sido analizado. Ese corredor era Armstrong, en ese momento me enteré”.
De esta forma, al comienzo del Tour de Francia de 2002 en Luxemburgo, a petición del médico de la UCI, Saugy acudió para presentar el test de la EPO a Lance Armstrong y a su director deportivo, Johan Bruyneel.
“La situación era delicada”, señaló Saugy, y ese paso le valió los reproches de la AMA diez años más tarde.
Es posible que este episodio sea el que recoge el informe de la USADA, cuando relata que Armstrong se jactó ante sus compañeros de haber escapado a un control positivo por EPO, apunta Saugy.
“Es paradójico. Ahora da la impresión de que nuestro laboratorio ha querido cubrir cosas cuando en esa época éramos unánimemente criticados por las instancias deportivas e incluso por los científicos de la lucha contra el dopaje, que nos reprochaban ser demasiado temerarios”, concluyó el científico con amargura.  

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