Chupete dio el Triunfo a Monterrey en Concacaf

Hidalgo Sport. Medio tiempo.- La combinación Suazo-Orozco volvió a aparecer como en sus mejores noches, para que Rayados ganara de nuevo en Concachampions, y gritara su virtual calificación al vencer por 2-1 al Municipal de Guatemala en el estadio Mateo Flores.
Tal y como hizo ante Chivas, el ‘Chupete’ sacó la contundencia y se volvió el artífice del triunfo al marcar el único gol, en una velada que ‘San Jonathan’ volvió a brillar tapando todo lo que le llegó con reflejos felinos.
A diez minutos del final, justo cuando Monterrey firmaba un empate sin goles, el eterno goleador andino apareció para rescatar las tres unidades y poner al Bicampeón de Concachampions como líder e invicto del certamen, en un duelo pasado por agua que dificultó mucho el accionar de los dos planteles.
A lo largo del partido, Jaime Penedo, portero de Municipal, ya la había tapado muchas a “Chupete” hasta que de tanto ir al frente por fin el andino pudo ‘sacarse la espina’ y liquidar en un contrarremate que ya no pudo detener el meta local. Al final el chileno salió lesionado, pero dejando encaminada la obra y a su equipo con la ventaja que ya no perdería.
Minutos antes del gol, el cuadro guatemalteco se había animado a ir frente, pero se topó con un agigantado Orozco, que salvó a Monterrey de mínimo cuatro goles cantados, y que a la postre provocó la frustración de los delanteros locales.
Cion el resultado La Pandilla de Vucetich hilvanó su segundo triunfo y llegó a seis unidades en el Grupo 7, donde Municipal tiene tres, por cero del Chorrillo que tiene dos descalabros. Ahora los guatemaltecos deberán jugarse la vida pagando la visita a la Sultana en busca del único boleto disponible en el sector, boleto que Monterrey tiene casi en la mano por su diferencia de goles.
El duelo fue de poca calidad por el fuerte aguacero que cubrió el campo, dejando de lado la táctica y el diseño de los entrenadores. Orozco fue el responsable de ahogar el grito de gol de Juan Castillo y Mario Rodríguez, quienes fueron los más cercanos en agujerar la red rival.
No sólo Jonathan salvó la meta de los del Cerro de la Silla ya que también Miguel Morales, salvó en la línea una jugada que ya se cantaba gol en todo el Estadio Mateo Flores.
Pese a las condiciones del campo, el partido fue un juego divertido para la tribuna por los constantes vaivenes en las áreas.
Desde un inicio, los equipos entendieron que trasladar el balón al ras del pasto no era la opción ideal y prefirieron hacer daño con disparos desde fuera del área.
En la primera mitad hubo cuatro tiros de media distancia con etiqueta de gol -dos por bando- sin embargo Jaime Penedo y Jonathan Orozco, metas de ambos cuadros se emplearon a fondo y resguardaron con recelo su guarida.
Los intentos por el cuadro local fueron obra del brasileño Leandro Barrios, mientras que por el cuadro regio uno obra de Humberto Suazo, quien volvió a ser titular, y otro de Edgar Solís quién también lo intentó pero sin fortuna.
Pese a que nunca dejó de llover a Rayados y Municipal siempre se les vio las ganas de buscar los tres puntos, aunque la gran diferencia fue sólo la actuación de Orozco, que evitó la caída de su marco.
Pero justo cuando mejor jugaba el Municipal, Reyna tocóde primera para Suazo, y el chileno aprovechó un rebote defensivo para disparar desde el manchón penal, Penedo rechazó, pero con la mala fortuna que el rebote le cayó al goleador, quien con la frialdad que lo distingue encaró y fusiló al hueco, en la jugada que marcó la diferencia al 79′.
Tras el gol, Suazo tuvo el 2-0 al 81′, pero esta vez Penedo tapó con la pierna el envío del sudamericano, quien tras la jugada se dolió del muslo izquierdo y salió de cambio en aparente precaución, dejando el sitio a Walter Ayoví.
Los de casa se fueron con todo buscando rescatar el encuentro, pero su idea se remitió a balonazos al área, que llegaron a provocar nerviosismo por lo mojado del terreno, pero que fueron alejados con furia por la zaga rayada, que se las arregló para concluir el partido hasta que al 93′ el silbatazo final selló una tarea que huele a calificación.