Hidalgo Sport. Récord.- El empuje regio no fue suficiente para encontrar la victoria en las endiabladas redes del Toluca. Fue mucha la insistencia del Monterrey para dar con el marco rival y apenas llevarse un punto. Rayados acarició el gol, siempre lo tuvo cerca, pero no lo pudo gritar como quisieron. El destino estaba escrito y los Diablos se salieron con la suya para rescatar el empate.
El despertar de los albiazules fuera de casa era el deseo más ferviente de Vucetich y compañía. No por nada el entrenador no escatimó y mandó a su oncena más ofensiva con Suazo, Chelito, De Nigris y Reyna, como los encargados de terminar con la malaria y festejar lejos de la Sultana.
Los postes y Talavera dijeron que no. El Monterrey persiguió su sueño, lo trató con paciencia y se acercó para conseguirlo. El balón, siempre con ellos, parecía darles la razón para encontrar el objetivo. El Toluca, contrariado, no sabía cómo defenderse y correteaba el balón con desesperación.
Primero fue Suazo el más cercano para festejar el gol y el poste de los escarlatas evitó la apertura en el marcador. Instantes después, De Nigris corrió con la misma suerte y el mismo poste volvió a ser protagonista. Bien se dice que portero sin suerte no es portero y Talavera se aprovechó de esa condición para también aparecer y atajar un fusil de Suazo ya en el área chica.
En el peor momento del conjunto escarlata, llegó un balón parado, una de las especialidades de la casa, y Alonso cayó tras un empujón de Morales. El árbitro decretó la pena máxima que el artillero uruguayo cambió por gol para la ventaja de los Diablos, pese al dominio regio.
El Toluca entendió la dinámica del partido y el peligro del rival. Ante ello, se resguardó en su campo, cerró la cortina y evitó lo más que pudo los embates rivales. La opción era aprovechar algún contragolpe para batir a Orozco y cerrar la contienda. Fue la apuesta de Graniolatti, ante las aptitudes del adversario.
Ya en el complemento, Vucetich decidió mandar más armas para su ataque e ingresó a Ayoví y Cardozo. Momento clave en la estrategia, que terminó por presionar más a unos Diablos siempre detrás del balón y vulnerables ante el poderío de Rayados.
La intensa búsqueda rindió su fruto y tras una nueva atajada de Talavera ante Suazo, Cardozo, uno de los sustitutos, no falló en la réplica y rompió el marco para empatar la contienda y soñar con el triunfo, el mismo que no llega desde hace cinco meses, pese a la búsqueda constante.
Rayados siempre quiso más y no parecía estar conforme con el resultado. Menos cuando el Toluca había cedido en el campo y brindaba las oportunidades deseadas, mientras se fijaba en el cronómetro y pedía por el final. La afición, molesta ante la situación, no comprendía el dominio, aunque al final de cuentas el empate fue bien recibido por lo barato que salió ante un Monterrey muy superior, pero sin la suerte de lograr los anhelados tres puntos fuera de casa