go Sport.- EFE.- El Barcelona se impuso al Racing con mucha claridad y dos goles de Messi en un partido en el que, sin emplearse a fondo, jugó a placer ante un rival que no realizó un sólo disparo a puerta y que llegó al área de Víctor Valdés por primera vez mediada la segunda parte.
Con el Barcelona dominando desde el pitido inicial, el primer aviso para el Racing llegó en una jugada con pase final a Pedro, que desde el vértice del área disparó flojo, pero con mucha rosca, un balón que salió rozando el poste.
El Racing no arriesgaba nada y esperaba replegado, ordenado y sin perder el sitio, a un Barcelona que tocaba sin prisas creando más peligro por su banda izquierda, donde Francis, con el apoyo de Álvaro, se las tenía que ver con la velocidad de Pedro.
El segundo aviso de los azulgranas llegó en una falta, perpendicular al área, que sacó Messi, para que Mario Fernández despejara un balón que iba a entrar ajustado al larguero. Y, poco después, un toque sutil de Iniesta fue a dar en el larguero, al coger adelantado al joven portero cántabro, sustituto del sancionado Toño.
En cuanto el Barcelona apretaba el acelerador en sus combinaciones, el Racing llegaba tarde. Así, Messi se fue de dos jugadores para acabar tocando hacia Cesc Fábregas, que regateó a su marcador en la frontal del área, pero su disparo fue desviado por Mario Fernández.
Apenas unos minutos después, una jugada similar dejó a Cesc en la misma situación, pero esta vez optó por dar un pase horizontal, que remató Messi al fondo de las mallas.
La primera parte del monólogo del Barcelona concluyó sin que el Racing hiciera un solo disparo a puerta, lo que no fue de extrañar ya que el conjunto cántabro tampoco fue capaz de llegar a las inmediaciones del área de Valdes.
La primera corrección de Álvaro Cervera llegó en descanso al dejar en la caseta a un inédito Babacar, para sacar a Stuani, a quien tampoco llegaron balones por mucho que buscara el desmarque, dado que los centrocampistas del Racing seguían a verlas venir.
El segundo gol del Barcelona llegó como consecuencia de un penalti por derribo de Cisma a Cesc, que pitó el colegiado a instancias de su asistente. La pena máxima la ejecutó Messi, engañando a Mario Fernández.
Si el Racing estaba frío, este gol acabó de congelarlo, como se vio en el pase magistral que dio Xavi a Cuenca, para que el joven delantero tuviera tiempo de corregir su posición dentro del área, en dos ocasiones, hasta acabar chutando al poste.
El portero Mario Fernández, con dos grandes intervenciones ante sendos contragolpes de Messi y Pedro, evitó que la goleada del Barcelona, que con esta victoria mantiene en diez puntos la desventaja que tiene con respecto al Real Madrid.